Friday, March 06, 2015

DIÁLOGO EN LA CASA DE LOS ACEITES (VASSA). José Carlos De Nóbrega

DIÁLOGO EN LA CASA DE LOS ACEITES (VASSA)

José Carlos De Nóbrega

E-mail: josecarlosdenobrega@gmail.com

El miércoles 11 de febrero de 2015, compartimos con los trabajadores de VASSA-Guacara (Aceites y Solventes Venezolanos S.A.) y los consejos comunales de la zona el Cine Foro “Machuca” (2014) de Andrés Wood: El Discurso y la Praxis del Fascismo en Venezuela y América Latina. El evento nos permitió una conversación libre y participativa sobre la coyuntura actual de nuestro país anclada en la Guerra Económica o Paro Empresarial de puertas abiertas, además del acoso mediático nacional e internacional en tanto instrumentos de desestabilización política auspiciados por el Departamento de Estado norteamericano. No es casual ni caprichosa la comparación con la situación acaecida en Chile que trajo consigo el derrocamiento de Salvador Allende en septiembre de 1973. Precisamente, la lectura crítica de la película chilena “Machuca” revela hoy la estrategia imperialista que pretende debilitar y corroer el proceso bolivariano de cambios políticos y sociales. Por supuesto, no obviamos el hecho que la apreciación cinematográfica, estética y político-histórica de este filme no nos puede dejar indiferentes como espectadores y ciudadanos latinoamericanos.

El vendaval reaccionario pinochetista que en Chile afectó a sus tres protagonistas, los niños Gonzalo Infante, Pedro Machuca y Silvana, nos demuestra que el fascismo no es una perversión ideológica del pasado, ni mucho menos una ficción conspirativa más, sino –peor aún- un discurso y una práctica reales que nos acechan hoy en Venezuela y América Latina. Si acompañamos esta película de ficción con el documental “La Batalla de Chile” (1975-1979) del también chileno Patricio Guzmán, comprenderemos que el fascismo constituye no sólo la vanguardia retrógrada del capitalismo, tal como nos lo advierte Luis Navarrete Orta, sino un estado mental perturbado que inyecta y alienta los odios de clase. La confrontación entre rojos y momios del Chile de ayer, salvando las distancias temporales y las peculiaridades históricas, nos remite a la “Conjura de las cachifas y cerrícolas” con que los medios de comunicación privados aterrorizan a las clases medias venezolanas de hoy. La ocupación militar del Colegio San Patricio en Santiago de Chile 1973, que significó el fin de la integración de las clases sociales en el ámbito educativo, se emparenta de manera macabra con el atentado terrorista que pretendió incendiar un preescolar en la Caracas del 2014 asediada por encapuchados psicóticos. El padre McEnroe se come física y simbólicamente todas las hostias del Santísimo Sacramento del Altar, denunciando los atropellos de militares degenerados, tal como lo hiciera tiempo después Monseñor Romero en El Salvador. No se trata pues de una traslación histórica simplista, sino del tratamiento crítico de la Escuela como aparato ideológico del Estado y Teatro de Operaciones político-social. Qué decir del desabastecimiento inducido en ambas circunstancias históricas por la lumpen-burguesía y un empresariado indolente, ello en tanto caldo de cultivo del golpe de estado de los milicos chilenos y de la salida propuesta por una clase política conservadora e irresponsable (López, Machado y Ledezma).

Asumir la militancia revolucionaria no implica la distracción del papel crítico y autocrítico de las comunidades, no en balde la urgencia del momento antes esbozada. Los movimientos obreros, estudiantiles y comunales tienen como imperativo reivindicar la contraloría social como categoría viva, autogestionaria y soberana, además de construir el conocimiento de manera colectiva y libertaria. Se trata pues de hacer trizas las estructuras que oprimen a las mayorías, eso sí, más allá de las habladurías y “puras invenciones / pa conversá!” de las que nos hablaba la poesía negra y mulata de Manuel Rodríguez Cárdenas. No podemos perder de vista los enemigos internos y externos del pueblo en la banalización del discurso político, mediático e incluso académico. Atacar la inseguridad, la inflación (propia del modelo rentista petrolero y la especulación capitalista), los equívocos ideológicos, la corrupción en todas sus formas, el despropósito político y la injerencia imperialista constituye la esencia programática de la campaña electoral parlamentaria que se nos viene encima. El principio de la Unidad revolucionaria en la Diversidad opondrá activamente un dique a un golpe parlamentario contra el presidente Nicolás Maduro. No es admisible reeditar lo ocurrido con Allende en 1973 y con el paraguayo Lugo años después.

Valga como colofón preocupado pero esperanzador un agradecimiento al equipo de VASSA-Guacara encabezado por Carlos Guédez, además del promotor cultural Alexis Bracho y nuestra entrañable amiga Sandra Lozano de la Escuela de Formación Política Ludovico Silva, por esta inigualable y dialógica experiencia comunitaria. Por supuesto, a contrapelo de la extinta VENOCO, enclave en el que Carmona y Pérez Recao fraguaron el golpe del año 2002 contra el Presidente Chávez.

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