Saturday, September 25, 2010

PAJARITOS ANIDADOS EN LA INFANCIA (SC7). José Carlos De Nóbrega


PAJARITOS ANIDADOS EN LA INFANCIA
José Carlos De Nóbrega

Muy a pesar de su juventud, Yisbel Navas (1996) es una poeta que ha ganado nuestra atención y simpatía. Ocho encantadores poemas suyos fueron publicados en la magnífica antología El Silencio del Agua (Poesía escrita por niños), cuya asombrosa selección debemos al poeta y escritor Arnaldo Jiménez; su milagrosa publicación fue posible en 2007 por el Gobierno Bolivariano de Carabobo, muy a pesar de la hórrida cultura escuálida del entonces gobernador Luis Felipe Acosta Carles y del flautista culturoso de turno Mtro. Gerardo Estrada. Fíjense en este poema que prefigura a Eclipse de Pajarito, su primer poemario que también nos convoca aquí:


el árbol sería una casa
pero una
que sostiene
al pájaro
que usa de ella
nace y muere
en la fronda profunda

Por tal razón, coincidimos con Arnaldo –su maestro y descubridor-: “A esta edad ha escrito (diez años en ese momento) poemas que pueden ser memorables para muchas personas, los lectores de poesía así lo comprenderán cuando la lean”. Los textos están cargados de actualidad, en tanto herencia de poetas como Reynaldo Pérez Só, pues prescinden de signos de puntuación y mayúsculas, así como también de expresiones herméticas que poco sugieren y nada dicen, ganando el poema libertad expresiva y creativa; la interiorización del paisaje es impecable e inmediata, lo cual nos hace evocar el trabajo de grandes poetas venezolanos como Enriqueta Arvelo Larriva. Sólo así la escuela deja de ser un aparato ideológico del Estado, para erigirse en un lúdico entorno propicio al aprendizaje significativo, la poesía y el conocimiento ligado a la vida.

Este Eclipse de Pajarito recreado por Yisbel, es un gratísimo obsequio a los posibles y afortunados lectores que descansen la mirada en sus asombrosos y tiernos versos. No nos cansamos de elogiar la transparencia y honestidad de su discurso poético: un precioso bosque amenizado por el trinar polifónico de inquietos pajaritos. Acompañemos su lectura con el poema “Pajarito que venís tan cansado” de Ramón Palomares y el disco “Birds” del grupo de rock sinfónico Trace, en la recreación de nuestro bosque propio. La temática humanista de la auténtica poesía es tratada con templanza y suma madurez, destacando el brillo indudable del poema breve:

qué felicidad tiene
la muerte
para seguir
disfrutando
el poco tiempo
que nos da ella

Textos como el que sigue, nos recuerdan el impacto sensorial y emocional del haikú japonés (en este caso, la confrontación infancia-adultez excede lo generacional para evidenciar la apropiación daltónica del Otro, la estulticia nuestra encerrada en la frase muchacho no es gente):

niños jugando
en el camino
hombres que pasan
y no los ven

Se nos revela que somos ciegos guiando a otros ciegos, acto cotidiano que nos impone no sólo el estatus quo, sino –peor aún- nuestra propia mezquindad; resultando absurdo y pretencioso ocultarla en el bochinche de nuestros abstrusos y dobles discursos que apuntalan –por desgracia- nuestra modorra y abulia. La poesía es la cruel y amorosa espátula que arrancará tal micótica e impía capa de nuestros pobres corazones. He aquí otro texto conmovedor que refiere el padecimiento de la legión de voces, o yoes, que nos atribulan sin descanso:

arriba tengo carama
como tu estómago triste
agua clara y sentimiento oscuro
que corre por mis venas
arriba tengo carama
y un bote volando
¿soy claro?
¿fresco y contrario?

La alocada nave (¿la loca de la casa?) se deja llevar por un río que la anuda a la carama de troncos, ramas y miasmas en su peregrinar en pos de la diafanidad de la voz poética que la nombra, la piensa y la recrea. La compulsión del alma en su ascenso hacia la realización y el disfrute de sí misma, no precisa de estructuras complicadas ni de la arrogancia intelectual. Por el contrario, se halla en la simplicidad y la autenticidad de un discurso lírico que establezca un fructífero y emocionante diálogo con sus amigos lectores, los pajaritos y los barones rampantes que se empecinan en vivir encaramados en los amables árboles que contraponen un paisaje urbano lleno de bulla y desesperanza.

En Bejuma, prima hermana de la Valencia de San Desiderio, 24 de septiembre de 2010.

"CUENTOS IN VITRO" O DEL LABORATORIO LÚDICO NARRATIVO. José Carlos De Nóbrega


“CUENTOS IN VITRO” O DEL LABORATORIO LÚDICO NARRATIVO
José Carlos De Nóbrega


Este breviario narrativo de Julio Escorcia explora lúdicamente, en la tradición inversa de narradores tales como los Julio (Garmendia y Cortázar), temas sumamente atractivos: El del Doble, el alienante Amor Virtual, el Bestiario o la revisita de Caín y Abel. Por supuesto, en el ejercicio libre y travieso de una voz narrativa inmediata y transparente. A lo largo de sus siete relatos, Escorcia apela a la complicidad de los lectores en el diseño juguetón del discurso narrativo, sin importar que la materia prima sea diversa: los artificiosos giros del lenguaje van modelando la mitología bíblica, el refranero popular, los terrores y tabúes que nos aquejan en la mera cotidianidad. En el cuento “Padova”, la muchacha protagonista proyecta en el paisaje italiano su propia muerte, como si fuese el espejismo que recrea una pesadilla que se repite ad infinitum; la muerte y la violencia nos acechan sin descanso, hasta el punto de aniquilar la sensibilidad y la contristación respecto al Otro. La laptop o computadora portátil del segundo relato, además de fetiche tecnológico y comunicacional, es una velada metáfora onanista de nuestra desadaptación al entorno; nos recuerda la inutilidad del aparato adaptador social que, en el cuento “La realidad circundante” de Julio Garmendia, tan sólo sirve como pisapapeles. Persistimos en masturbarnos en sesiones virtuales que impiden la calidez del contacto humano que, al igual que el arte, es esencialmente tocable. Los personajes, apenas esbozados por la voz narrativa, se convierten en marionetas desesperanzadas y decrépitas, muñecos de salón que deambulan derrotados ante la mirada de lectores y espectadores que se sacuden el hastío. El cascabel aniquila la poética simetría del gato, constituyendo el tercer eslabón del conjunto una reversión de los relatos que tienen como tema el bestiario. Los cuentos “Yo lo vi crecer” y “Nobleza Obliga” significan una glosa satírica de nuestro refranero convencional afincado en el sentido común: En el primer caso, se trata de un hijo mal agradecido que escupe la cara del hombre que lo crió, reconciliándose con los padres biológicos que lo arrojaron a la calle, lo cual deviene a su vez en la burla de las bellas historias edificantes con que Paulo Coelho fastidia los domingos en la revista del Diario El Nacional; mientras que el otro relato nos propone un ars poética narrativa fundada en las peripecias y las situaciones extremas, quizá en una parodia pertinente de los Talleres Literarios, los cuales –en no pocas ocasiones- no forman ni lectores ni escritores, tan sólo súbditos de doctores ególatras o de escuelas literarias importadas y trasnochadas. “Invisible” es una recreación esquizoide e hiperbólica del gran relato de Caín y Abel, protagonizada por un asesino en serie que aniquila a su familia y posiblemente se dirija a este lugar para aplastar los cogotes de estos servidores, amantes de la cultura. Cierra esta plaquette narrativa “Tu gran día”, texto en donde un Dios le obsequia a Carlos la sublimación de su instinto parricida, patente en la muerte de sus padres un día después de su graduación, no en balde el juramento hipocrático. En resumidas cuentas, el lector puede jugar a los dados sobre este pequeño libro sin perder la capacidad de asombro ni la apuesta arriesgada por la literatura vinculada a la vida.

Thursday, September 23, 2010

PRESENTACIÓN DE DOS NUEVOS TÍTULOS DE LA IMPRENTA REGIONAL CARABOBO


Estimados Amigos: A nombre de la Fundación Editorial el perro y la rana, la Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela, la Imprenta Regional y el Gabinete de Cultura del estado Carabobo, les invito a la presentación de los libros Cuentos in Vitro de Julio Escorcia (narrativa) y Eclipse de Pajarito de Yisbel Navas (poesía). Esta fiesta de la palabra se llevará a cabo el viernes 24 de septiembre de 2010, a las 10:30 am en la sede de la Cámara Municipal de Bejuma (Av. Sucre, Edificio Municipal frente a la Plaza Bolívar de dicha localidad).
¡Asiste, sólo la literatura y la vida satisfacen! Su amigo, José Carlos De Nóbrega.

Thursday, September 16, 2010

LECTURA DE TEXTOS LITERARIOS (Librerías del Sur Valencia, sábado 18/9/2010, 10:30 am)


Estimados Amigos: El Grupo Li Po (blog) y el Grupo Literario Enriqueta Arvelo Larriva les invitan a una jornada de lectura de textos literarios en la sede de Librerías del Sur Valencia, primer nivel del Centro Comercial Camoruco, Avenida Bolívar Norte, este sábado 18 de septiembre de 2010 a las 10:30 am. Participarán los escritores Manuel Da Silva, Richard Montenegro, José Carlos De Nóbrega, Luis Alberto Angulo, Leonardo Alezones, entre otros. Habrá micrófono abierto para la participación del público, bien sea en la lectura de textos propios o en la introducción de la cuchara en el caldo que es la buena conversa.

MISIVA DE PESAR DIRIGIDA A LA FAMILIA DEL DIARIO VEA


Estimados Amigos: He aquí un breve texto dirigido a la familia del diario Vea, con motivo del fallecimiento de quien fuera su director, el periodista y escritor Guillermo García Ponce. Si estás de acuerdo, manifiéstalo para incluir tu firma en dicho mensaje de aliento. Sin más, su amigo y camarada José Carlos De Nóbrega.


Los abajo firmantes, escritores y artistas de la ciudad de Valencia, manifestamos nuestro pesar por el fallecimiento del luchador político revolucionario, escritor y periodista Guillermo García Ponce. La ocasión es propicia para agradecerle a este entrañable amigo el apoyo que nos brindó al publicar nuestros trabajos literarios en las páginas del Diario Vea, específicamente en el suplemento cultural Galería Alternativa (espacio literario que esperamos se restablezca nuevamente y con más brío en las páginas de nuestro querido periódico, instrumento informativo y crítico de la revolución bolivariana). Esta dolorosa ausencia muta hoy en la esperanza de la consolidación de este proceso de cambios -que apunta indudablemente a la mejoría en la calidad de vida de los venezolanos-, del cual Guillermo fue maestro y sólido punto de apoyo. ¡Hasta pronto, camarada!


Valencia, 16 de septiembre de 2010.

José Carlos De Nóbrega
Luis Alberto Angulo
Yuri Valecillo
Armando Amanaú
Manuel Da Silva
Chemir Colina
María Alejandra Rendón
Jesús Puerta
Carlos Yusti
María Narea
Leonardo Alezones Lau
Eustoquio Silva
Vielsi Carolina Arias

Sunday, September 12, 2010

NUEVA DIRECTIVA DE LA RED NACIONAL DE ESCRITORES DE VENEZUELA

Chemir Colina
Luis Alberto Crespo y Miguel Márquez


Eduardo Mariño

El día de ayer, sábado 11 de septiembre de 2010, la Asamblea eligió la tercera directiva de la Red Nacional de Escritores de Venezuela en la ciudad de Barinas. Es motivo de celebración, pues incorpora nuevos y conocidos rostros de la literatura venezolana. Le auguramos lo mejor de lo mejor en lo tocante al relanzamiento de nuestra red. He aquí su composición mediante el voto universal, directo y secreto de sus miembros:
Eduardo Mariño (Organización)
Miguel Márquez (Ámbito Editorial)
Chemir Colina (Integración con Artes y Colectivos)
Soleidi Ríos (Alba y relaciones internacionales)
Luis Alberto Crespo (Promoción)
Inés Ruiz (Seguridad Social)
Esmeralda Torres (Eventos)

¡Felicidades! Recuerden que estamos dispuestos a acompañarlos en su gestión.

Friday, September 10, 2010

HOMENAJE AL SELENITA CRISTÓBAL RUIZ. DOS TEXTOS (Yusti / Montenegro)Y DOS FOTOGRAFÍAS (Yuri Valecillo)


Fotografías de Yuri Valecillo

I


CRISTÓBAL RUIZ DENTRO DE LA PARÁBOLA


Carlos Yusti



Cristóbal Ruiz algunas veces tenía el aspecto singular de un desarrapado. Parecía venir de un suburbio triste y delirante. Otras venía con todos los colores del amanecer en las pupilas. De seguro llegaba del puerto de los sueños. Traía la ropa ajada de espejos, la barba llena de pájaros y el pelo empapado de nube. No era casualidad. Estaba medio loco y era pintor.



Bohemio. A ratos pintor autodidacta. Oriundo (y esto si no es casual) de La Luna , un pequeño microcosmo situado en el sector Urama del estado Carabobo. La calle fue su escenario, su taller encantado, su modelo. Pintor urbano. Pronto se convirtió en un accesorio inusual de la ciudad.



Lo conocí cuando yo quería ser un poeta maldito. O sea, que tenía ínfulas de geniecillo voraz. También por esos días estaba de trotacalles con mi amigo el fotógrafo Yuri Valecillo. Merodeadores de la escuela de Teatro Ramón Zapata nos tropezamos con Cristóbal Ruiz. Cantaba. Hacia cabriolas de ballet en el bulevar de la facultad de derecho. Gritaba. Se acercaba a un lienzo dispuesto y lanzaba pinceladas. Todo tenía algo de teatral. Todo poseía un tono de caricatura. De pose barata, pensaba yo. Yuri por su parte entabló cotorreo con Cristóbal y así nos hicimos amigos.



Yuri se fue a México y yo me largué a Puerto Ordaz. En nuestros encuentros en Valencia siempre encontrábamos a Cristóbal. Quien por su lado estaba más desajustado y libre que de costumbre. Yuri le compraba camisas y algunas veces le alargábamos algunas monedas para que se abasteciera de bebestibles y comida.



Como Cristóbal iba a sus aires mucho subestimaron su pintura. A pesar de ello, seguía pintando cuadros que muchos amigos y conocidos le compraban para darle una mano. Sin embargo, su pintura mezclaba delirio alcohólico, surrealismo callejero e ingenuidad pictórica con enorme pericia. Algunos cuadros eran verdaderos mamarrachos, pero otros tenían mucha densidad poética, cierto desequilibrado tono de iluminada inspiración.



Como pintor llevaba al lienzo lo que sus demonios cotidianos le dictaban. En pintura hacía lo que podía y por eso recurría al esperpento teatral, a las excentricidades públicas para hacerse notar. Era un actor natural y que le denominaran (a manera de sorna) como “El Reverón valenciano” fue el resultado de toda aquella pantomima pública. Disfrazado como pintor no pintaba, sino que actuaba. Al enfrentarse con la tela, o con las hojas en blanco, se despojaba de toda artificialidad y trataba de hacerlo lo mejor posible. Trataba de sacarle alguna metáfora a los colores, de inventar la luz con un trazo.



Como persona Cristóbal Ruiz era un tipo del montón. Gran bebedor. Afable conversador y muy ganado para la alegría. Al final había dejado de beber y ya no parecía un Dios de la mendicidad. Estaba pintando con fervor y prepara algunas exposiciones.



Yuri me telefoneó desde República Dominicana para comunicarme que Cristóbal había muerto. Que formaba parte de esa irremediable parábola que es la muerte. Tenía la voz quebrada. Nos despedimos con la tristeza ramificándose en los huesos.



La calle por donde revoloteaba Cristóbal Ruiz, disfrazado de pintor, estará más triste y puteada que de costumbre. Le harán falta tus locuras sencillas, sin énfasis. La vida a veces te viste de funcionario. Otras te viste de poeta loco, de pintor cabreado con la razón. Ahora viene a mi memoria una anécdota. Un pintor de esos estirados (y vestido como funcionario) para impresionar al escritor Pío Baroja, hacía retórica barata en torno al arte de pintar. Para coronar su explicativa verborrea concluyó: “El arte se hace con sangre”. Don Pío lo miró con cierta lástima y replicó: “Con sangre sólo se hacen morcillas”. Recuerdo esto porque de seguro a Cristóbal, la salida del escritor español le hubiese divertido y además él hizo arte con todo, menos con sangre y si con mucha alegría.




II




Hijo de La Luna


Richard Montenegro

En los valles altos del estado Carabobo (Venezuela) en Urama hay una población rural llamada La Luna. A pesar de ser pequeña tiene cierto encanto. Hay una peculiar y bella combinación entre cielo, tierra, frondosa vegetación y las, a veces toscas pero con personalidad, construcciones tradicionales. La disposición de las casas pareciera irregular pero esconde un orden secreto que invita al forastero a que lo descifre.

Este poblado, para muchos insignificante, posee una pequeña biblioteca “pública” ubicada en una casa vieja hecha de añejos adobes. Al revisar los estantes podrán darse cuenta de que el tema primordial es la Luna, desde libros especializados en astronomía hasta novelas de anticipación. Desde Julio Verne hasta Francisco Aniceto Lugo, un ingeniero venezolano autor de “El primer Viaje a la Luna” para muchos la primera novela de Ciencia ficción venezolana. En un rincón podrán ver las clásicas estampas de El Libertador, Andrés Bello y el presidente de turno pero hay una fotografía que normalmente no se ve en bibliotecas públicas ni universitarias. Un retrato del insigne científico Humberto Fernández Morán (Zulia, Venezuela, 18/02/1924 – Estocolmo, Suecia, 17/03/1999). Esa imagen está allí; supuestamente porque poco tiempo antes de abandonar decepcionado a Venezuela, el científico casualmente visitó este poblado donde lo trataron tan bien que años más tarde, después del regreso del Apolo XI, le obsequió a este caserío un trozo de piedra lunar en agradecimiento. ¡Que mejor lugar para custodiar un pedazo de nuestro satélite! Ahí guardan ese pequeño tesoro y a muy pocos le dan el privilegio de ver el obsequio. Justo en ese lugar, cruce de extrañas circunstancias, nació un personaje muy querido en Valencia, a pesar de sus salidas extremas, el pintor Cristóbal Ruíz (6/02/1950- Naguanagua, 5/02/ 2005)

Conocí a Cristóbal Ruíz bajo la sombra de una mata de guayaba y mi conversación inaugural con él se centró en mi aversión al olor de esta fruta y de cómo este podía enmascarar otros olores. Le comenté que el patio de mi casa estaba tapizado de guayabas caídas del árbol más alto que he visto hasta ahora. Cristóbal atento escucha e hizo referencia, entre otras cosas, al relato de García Márquez titulado “El olor de la guayaba”; luego diversificamos el tema hasta que cada quien tomó la ruta de su preferencia después de horas de agradable parloteo. Luego se hizo habitual encontrarnos en la calle, plazas, exposiciones y pasillos de tortura educativos. A veces andaba irascible buscando atención, esa que normalmente le negábamos; otras era un oasis dadivoso de historias, afortunado aquel que tuviese sed de cuentos en ese momento.

Todavía puedo verlo bailando sobre el asfalto dando giros, al atardecer, más hermosos y ligeros que cualquier discípulo de Nina Nikanorova. Casi me atrevería a decir que era lo más cercano a conseguirse, en una aburrida calle de la ciudad, a un Nijinsky de luna llena.

A veces, cuando la obscuridad reinaba con la Luna de acompañante, caminábamos desde Naguanagua hasta algún lugar del centro Valencia, la de Venezuela y en la caminata surgían ninfas, cíclopes y fantasmas lunares al hablar. No faltaban por supuesto amores o desamores, sin distingo de género, cantados con fino encaje. Y siempre hacía hincapié en lo fugaz de la vida y de la belleza.

Era fácil ver como cambiaba con regularidad y después de un tiempo podías percibir sus fases: Cristóbal lleno, menguante, nuevo y creciente. Y cada quien podía escoger el Cristóbal de su preferencia. También había momentos de Cristóbal con halo ensangrentado y sus periódicos eclipses. Con paciencia quizás habríamos descifrado sus ciclos y a la manera de los Aztecas tendríamos una Piedra Lunar donde se mostraría el ascenso y caída de Cristóbal. Si la hubiese tenido quizás me habría dado cuenta de que aquella vez cuando volvimos a estar bajo la mata de guayaba y me invitó a su casa en Trincheras para su cumpleaños, iba a ser la última vez que charlaríamos. Nunca sabremos que cargas soportaba en ese momento ni que pasó esa noche. Pero esa noche la Quinta Luna cayó, quizás mañana la Luna renazca de nuevo.

Richard Montenegro
rickmontene@yahoo.es




Wednesday, September 08, 2010

HOMENAJE A LA CULTURA NECROFÍLICA: DOS TEXTOS SOBRE FÁVER PÁEZ


HOMENAJE A LA CULTURA NECROFÍLICA:

DOS TEXTOS SOBRE FÁVER PÁEZ


I

FÁVER. José Joaquín Burgos.

Uno se imagina a Fáver Páez, así como a Lope de Vega, "todo de negro hasta los pies vestido", y siente, así de pronto, un respetuoso escalofrío que le va recorriendo la memoria de todos los versos que haya podido leer en su vida; porque, sin lugar a dudas, esa rigurosidad en el vestir, unida a sus honorables barbas sesentonas, a su recio perfil de poeta magíster, a su memoria prodigiosa, al tono oratorio de su habla, a su densa riqueza intelectual y, sobre todo, a su sencillez, hacen que quienes conocemos, admiramos y queremos a Fáver, lo veamos -así de simple- como uno de los intelectuales de más recia estampa de nuestros días. Porque lo de Fáver no es juego, ni pose, ni nada por el estilo: él es, y punto. Y es bueno reconocerlo y decirlo, para que la gente lo reconozca también o, como decía el difunto Rafael Darío Peña: "pa' que sepan que hay gobierno".


Fáver pone a bramar a los ríos, recorre las aguas del tiempo por cualquier rumbo de la rosa de los vientos. Descubre misterios insondables y pone a sus alumnos a investigar nuevas preguntas para antiguos problemas, así como el de la mancha del Quijote. Fáver escribe maravillosos poemas, incansablemente, para María. Inventa "cancionalas" y "sonetalos" (en esto último anda ahorita). En la intimidad de su casa es "chef" y "gourmet" al mismo tiempo, con recetas universales. Y hasta es capaz, llegado el caso, de "vestirse" de indigente y responder con un humilde y a la vez sonoro "Dios se lo pague" a quien caiga en la trampa y en la tentación de darle una limosna. Fáver es genio y figura, y punto. Uno de los seres más extraordinarios que hayamos podido conocer. Un verdadero capo di testa de la poesía, de la música, de la pintura, del cine, de la filosofía, de la historia (que es su especialidad), del talento, de la dignidad universitaria… y del humorismo, que no es cualquier cosa. En "La Taranta", por cierto, don Vicente ha dispuesto un sitio especialmente destinado a exhibir un hermoso soneto suyo evocador de peñas y de sueños para enterrar olvidos. Con razón dice "el gallo" Mujica que Fáver es un inmortal que siempre se está muriendo.


II


De Fáver Páez y la Identidad de Sexo
Pablo J. Fierro C
.


Ayer, cualquier ayer, estuve conversando con un amigo poeto, a quien estoy instruyendo para que navegue por sí mismo en la red, porque Fáver, mi amigo, es poeto mas no internauto.
En su casa no se respira oxígeno, sino amistad, libros y obras de arte.


Me gustaría que esta cosa que creo que denominan Identidad de Género funcionara correctamente y que Fáver, en vez de Fáver, se llamara Fávar, para que al hacer la conversión obligante al masculino, su nombre quedara en última instancia como Fávor; porque como Fáver es un camarado de altos kilates y un exégeto que se las trae, uno podría decir cada vez que él se da con todo en alguna de sus disertaciones explicativas, como lo hizo ayer para hacernos entender, a Richord Montenegro, Freddy Ordoz y a mí, que es incorrecto hablar de Identidad de Género: Gracias, Dios, por el Fávor concedido.


“Identidad de Género” refiere que la diferenciación primaria entre las variables humanoides hombre-mujer (o mujer-hombre –organice usted misma… o mismo… las palabras a su gusto, por favor-), no está establecida desde una circunstancia sociológica, sino más bien biológica: la presencia en el macho del órgano biológico Pene y en la hembra del órgano biológico denominado Vagina –términos estos que desde una apreciación epistemológica adolecen a saber de flancos subjetivistas.


Hombre-Mujer, por su parte, devienen de calificativos establecidos por organizaciones sociales que han querido diferenciar ambas entidades según características que no sólo aluden al aspecto biológico-genital, sino que abordan otras implicaciones culturales como por ejemplo el tipo de actividades que suele realizar cada especie.


A Fáver, en materia de conocimientos, bien podríamos considerarlo un hombre orquesto. Para mí es poeto, intelectuol, escritor, filósofo –y además filoso-.


Fáver es un especie de terminator o atleto del verbo, un máquino de sabidurío –con ingredientes del cielo y del infierno-. Ante su intensa autoridad de barbado chamón, no es infrecuente quitarse el sombrero y elogiarle, acaso con un dejo de exageración:


“Si el poeto eres tú -como dijo el poeto- ¿Qué tengo yo que hablarte… comandanto?”


Domingo 29 de agosto de 2010
Las Acacias. Valencia. Carabobo.

Monday, September 06, 2010

NUESTRAS PIEDRAS PINTADAS. José Carlos De Nóbrega


NUESTRAS PIEDRAS PINTADAS

José Carlos De Nóbrega


Ella está atrapada
Entre rocas y aguas.

Es una forma del río.

Lo que resiste humano en ella
Es la manera de ver.

La dura piel.

El remanso de su memoria.

Ana Carolina Saavedra.


Es motivo de celebración la edición de este trabajo de investigación titulado Petroglifos de Vigirima: Dos yacimientos de Arte Rupestre de la Cuenca del Lago de Valencia, estado Carabobo, Venezuela de Leonardo Páez bajo el sello de la Fundación Editorial el perro y la rana, Sistema Nacional de Imprentas / Carabobo. Sobre todo si consideramos que inaugura la modalidad de Investigación de la Colección Somos Creadores, afortunado diseño de nuestro modesto trapiche de la palabra. Este título no sólo constituye un aporte importante en la literatura arqueológica, etnográfica y etnológica de Venezuela, sino también una notable muestra del afán de reconstrucción histórica de nuestro pasado aborigen y de la conservación y salvaguarda de nuestro patrimonio cultural e histórico acechado por la voracidad de la plaga globalizadora made in U.S.A. con su comida chatarra, su decadente música hecha en insanos laboratorios y su cine comercial estancado en el arquetipo y las sandeces patrioteras. Recomendamos ampliamente su lectura, dada la pertinencia de su tema, la gran pericia y amenidad en el uso del lenguaje y su contribución decisiva a la conservación no sólo de nuestros monumentos arqueológicos, sino de nuestra cultura aborigen (los petroglifos son objetos estéticos tan tocables como la poesía de César Vallejo y César Moro, el poemario El Lugar de las imágenes perdidas de Ana Carolina Saavedra o la obra ensayística de José Carlos Mariátegui). Compartimos plenamente la opinión del antropólogo Pedro J. Rivas G. respecto a este significativo trabajo: "Consideramos que la obra es de sumo interés, ya que incluye documentos gráficos e información descriptiva de utilidad para los estudiosos de la materia. Lo son, asimismo, su propia síntesis y reflexiones en cuanto al aporte de ensayos precedentes, y especialmente sus apreciaciones en cuanto al estado de conservación y a la necesidad de involucrar activamente a las comunidades a su protección". La investigación antropológica, en este caso particular, no se divorcia del meticuloso oficio del artesano; por el contrario, el vínculo posibilita no sólo la lectura atenta e intelectual sino también la placentera que se pasea con solaz por el discurso escrito de su corpus científico -magníficamente expresado en su atractiva y didáctica sencillez- y el discurso plástico o visual patente en el inventario gráfico de los petroglifos de Los Colorados y El Junco. Los surcos esculpidos o grabados en la piedra parecieran avizorar el futuro consistente en el sangriento desmadre colonial: Estos golpes en el pecho / son curiaras desplomándose / por un salto de agua, tal como nos lo recuerda nuestra Ana Carolina. Por lo que el llamado viene a continuación: Revisemos este hermoso catálogo de grabados a la par de visitar y revisitar yacimientos puntuales de nuestra cultura, como si fuésemos espectadores asombrados y reivindicados en la salvaje curaduría poética de una muestra pictográfica y simbólica que ata el cielo del pasado aborigen con la tierra de nuestro hoy, colindante aún con la lucha por la Independencia (la cual ha de ser permanente, pues no podemos renunciar a ella, mucho menos vender la primogenitura por un plato de lentejas y carne guisadas a la jardinera).

Saturday, September 04, 2010

EL PERFUME A HEMBRA BRAVA (SC1). José Carlos De Nóbrega




EL PERFUME A HEMBRA BRAVA
José Carlos De Nóbrega

Te odio y amo.
Tal vez preguntes
por qué lo hago.
No sé, mas siento
que así sucede
y me atormento.

Catulo.

Íntimo de Marhisela Ron León es un cuerpo escrito que demanda el canibalismo concupiscente de la mirada. La obsesión temática se regodea en el texto amatorio y erótico, sin concesiones al lugar común pero sin sacrificar la inmediatez formal ni la gula de los sentidos, sean la alcoba, las ensoñaciones o la fachada de los templos las locaciones en las que se tenderá el deseo solazándose insomne y febril:

Ellos no controlan el deseo
No consiguen la quietud
De sus siluetas
Amarradas una de la otra. Los poemas dedicados a Dios y al Hombre de Mundo parecieran dirigidos al mismo amante; la voz poética los increpa, les reclama atenciones y caricias, se pavonea en las virtudes que inspiran relamerse del gusto más salvaje:

Para ti, el vestido que prefieres verme lucir: mi piel.
Para ti, mi terquedad y mis miedos.
Mi existencia libre y joven.
Mi perfume a hembra brava. Es evidente la alusión al Cantar de los Cantares del Rey Salomón o las sesiones narrativas en vela de Sherezade para mantenerse con vida y sentirse viva. No es el sexo una instancia alcahueta de varones que padecen la hórrida enfermedad de la eyaculación precoz y que pretenden aproximarse a la Otra en una fetichista apropiación carnal:
No resisto a continuar mansa y boca arriba con mi soledad disfrazada
Bajo una puesta de sol. La meretriz de la palabra va detrás de Dios confesando secretos de sus lunares y ganas, lo cual nos retrotrae este texto de amor de arrabal compuesto por la poeta brasileña Ana Cristina Cesar:

Este é o quarto Augusto. Avisou que vinha.
Lavei os sovacos e os pezinhos. Preparei o chá.
Caso ele me cheirasse... Ai que enjôo me dá o
acúcar do desejo.
Este es el cuarto Augusto. Avisó que venía.
Me lavé las axilas y los piececitos. Preparé el té.
En caso de que él me oliera... Ay qué mareo me da
el azúcar del deseo. En el poema Ella tenemos la impostura de la voz del macho amado postrándose en hinojos ante la hembra, discurso que por vía de la anáfora se convierte en una letanía u oración invertida preñada de deleite y devoción. Destaca del conjunto la sencillez de la expresión que conduce de guisa espontánea a las piruetas eróticas de los amantes, desdiciendo la fútil prestidigitación barroca que no nos las haría inmediatas en la memoria amatoria. He aquí la invitación de la Sirena olorosa a mar, quien horada nuestros oídos indefensos y dispuestos al orgasmo: Inscríbete en mi piel, esta noche comienza la orientación hacia mi tierra fértil. La precariedad de las sogas que nos atan al mástil de nuestra nave alocada, no nos impedirá despeñarnos al mar como cerdos endemoniados que se revuelcan de placer (Ojo, coincidimos con aquel animador de imágenes que decía: Prefiero ser un puerco que un fascista, pues la revolución y el amor son cómplices conspicuos y enamorados).

En Puerto Cabello, amante de la Valencia de San Desiderio, jueves 2 de septiembre de 2010.

NELSON MAYA O DEL TRADICIONISMO DEL SIGLO XXI. José Carlos De Nóbrega

Nelson Maya muestra su libro. Al fondo tenemos a Marhisela Ron, José Carlos De Nóbrega y Leonardo Páez en plena presentación de sus libros
NELSON MAYA O DEL TRADICIONISMO DEL SIGLO XXI
José Carlos De Nóbrega

Foto: Cortesía del Diario de La Costa (3-9-2010)

El Guardián del Fortín de Nelson Maya es un libro transparente en su estructura, fondo y forma. Hemos disfrutado la lectura en virtud de su respeto a la expresión clásica y, en especial, de la pericia patente en una prosa apolínea y cristalina. El prólogo del poeta José Joaquín Burgos lo advierte con tino y precisión: “Pero la ambición de Nelson Maya (que compartimos plenamente) es aprender a mirar la pequeña historia para entender la grande. Mirar los árboles, las sombras, los rincones, el suelo lleno de hojas y troncos muertos, de musgos, de pequeñas alimañas, para aprender a ver el bosque en su plenitud y captar la universalidad de su imagen. A eso nos invita Nelson Maya que hagamos”. Y apela a una vía expedita que ata la Historia a la cultura popular: La Tradición, género cuyo tutor es el peruano Ricardo Palma. El propio Palma define la Tradición como una forma literaria “que puede revestir la Historia, pero sin los recovecos de ésta”, lo que la primera recrea por vía de la poesía, los sueños y el espíritu comunitario popular, la segunda encorseta en la objetividad y el distanciamiento respecto de su objeto de estudio. Este libro que ha granjeado nuestra simpatía, supone el cruce imperceptible de los géneros de la crónica, el reportaje, la biografía, el ensayo histórico e incluso la novela (¿historia novelada?): Partiendo de una sentida y estupenda biografía de Aquilino Guédez, el Guardián del Fortín Solano, Maya hace una revisión entusiasmada de diversos episodios históricos sin renunciar al rigor de la lectura histórica ni a las elucubraciones asombrosas de la oralidad de nuestro pueblo, mucho menos a la contundencia conmovedora de un estilo sobrio apegado a la poesía de las metáforas e imágenes primarias que nos reconcilian con la vida, la tierra y la patria (sin voluptuosos giros de corte romántico ni la arrogante asepsia de los manuales históricos). Nuestro personaje porteño, que no es menor, no es eclipsado por los héroes de la Independencia desfigurados por los ritos que desencaminan a los venezolanos en el culto a la personalidad; recordemos que José Antonio Páez, el Rey de los Araguatos, inventa el culto a Bolívar para asegurar su proyecto de poder, amén de reflejarse en un espejo narcisista y megalómano al cual se adscribieron los oligarcas y los godos con loas desvergonzadas e hiperbólicas. Por el contrario, encarna a las masas que ayer y hoy persisten en la lucha sin cuartel por nuestra independencia total, no sólo política sino también económica, social y cultural. Nos impacta la manera en que los hechos históricos tales como la caída de la Primera República, la Guerra a Muerte, el bloqueo a nuestros puertos en 1902, la represión gomecista y el Porteñazo establecen vasos comunicantes que iluminan la comprensión urgente y necesaria de nuestro proceso de formación histórica, sin la estridencia ni el exhibicionismo típico de la Academia Neogoda de los Pino Iturrieta, la misoginia de los Morón (contradictoria, por supuesto, pues detesta a Manuelita Sáenz y le carga las maletas a Cecilia Matos) o la egótica ebriedad apocalíptica de los Caballero. La apetitosa línea de apropiación de la realidad histórica que se deriva de este buen libro, conduce sin duda al amor que le profesa su autor a Puerto Cabello, libre de los arrebatos tísicos y almibarados de ciertas Sociedades Bolivarianas que aún avergüenzan a la Historia y nos provocan carcajadas por contenedores. Valga un pasaje de este libro editado artesanalmente, sin oropel encandilador, por la Imprenta Regional del estado Carabobo: “Es cuando el mito del soldado Guédez crece y crece, sobrepasando las dimensiones de lo ignoto, al punto de que el relato de sus apariciones y señales lumínicas se transmitió de generación en generación condimentando con las más disímiles hazañas que la creencia popular pudiera atribuirle al personaje”. Por lo que sugerimos su lectura in situ, en una peregrinación a lugares porteños embebidos de historia y pasión libertaria: el fortín Solano, el castillo de San Felipe, La Alcantarilla, la calle de los lanceros y sus playas.

Wednesday, September 01, 2010

PRESENTACIÓN DE TRES TÍTULOS EN PUERTO CABELLO


En nombre de la Fundación Editorial El perro y la rana, el Sistema Nacional de Imprentas / Carabobo, la Red Nacional de Escritores de Venezuela y el Gabinete Cultural del estado Carabobo, les invitamos a la presentación de los siguientes libros: El Guardián del Fortín de Nelson Maya, Petroglifos de Vigirima de Leonardo Páez y el poemario Íntimo de Marhisela Ron León. El evento se llevará a cabo el jueves 2 de septiembre de 2010 en la sede de Librerías del Sur, Puerto Cabello, ubicada en el Centro Comercial Cumboto Norte, a las 10 de la mañana. Los esperamos en otra fiesta de la palabra. Su amigo, José Carlos De Nóbrega.