Sunday, January 24, 2010

UNA CLAUSURA FESTIVA


UNA CLAUSURA FESTIVA

José Carlos De Nóbrega


René me regaló cuatro ataúdes
para el té de la tarde.

Sus olorosas maderas me embriagan
me atan.
Manuel Da Silva: A René Magritte.


Resulta placentero hablar de la obra poética y plástica de Juan Calzadilla, pues la palabra y el dibujo se enlazan en un baile sensual y permanente. Su exposición Poética Visiva y Continua es un poemario profusamente ilustrado que a su vez vindica el llamado de Lewis Carroll al coito entre el texto y el lenguaje plástico; si revisamos títulos como Epigramas y otras irreverencias y el Libro de las Poéticas, reparamos con asombro que los textos en verso y en prosa constituyen un caligrama de cuerpos desnudos que se revuelcan compulsivamente en el papel. Asimismo, los poemas son afiches o graffitis estampados en las paredes asépticas del museo. Desdiciendo los formatos vacuos que pretenden organizarnos la vida, tales como la agenda trizada en el Agendario, no podemos obviar el placer que nos causó el Curriculum Vitae de nuestro poeta burlón: "y de hecho, confiesa, entre otras cosas, tocantes a la improvisación, carecer de hoja de servicios digna de.... Hazañas curriculares que saquen la cara por él...." Juan no perdona siquiera actos sagrados como la apertura o clausura de una exposición o el bautizo de un libro encarnado en un ácido Haiku a tal (des)propósito: "Los libros que / a los vasos con whisky / servían de pedestales". Los perros vikingos forman parte de su bestiario personal para parodiar a la bestia más salvaje y más precaria de nuestra jungla urbana, el hombre, amén de contribuir a construir su ars poética precisa, tocable y ajena a soporíferas solemnidades. Si no revisen dos de sus grandes poemas sobre y con perros, "Ironía" y "El Habla de los Perros" (publicados en la entrada anterior). En esta exposición, abundan los cuerpos en tanto vocablos que llenan literalmente las páginas y paredes de las dos salas que nos cobijan. La poesía y los dibujos de Juan Calzadilla son absolutamente tocables, pues la veneración del objeto se vale de una cruel parodia del fetichismo urbano. Los poemas son puñales o trazos que recrean y acarician ese iluminado triángulo del deseo. El espectador puede sentarse a tocar un bolero de Agustín Lara en aquel hermoso piano caligrafiado o, mejor aún, asomarse a la ranura o sonrisa vertical detrás de la cual nos sorprende un clon vouyerista e hiperrealista de Juan Calzadilla.


En Valencia de San Simeón el estilita, sábado 23 de enero de 2010.

Saturday, January 23, 2010

DOS POEMAS CON/SOBRE PERROS DE JUAN CALZADILLA


IRONÍA

Cuando considero cuánto más celo
que nosotros pone el perro en correr
detrás de su indiferente compañera,
más comprendo que en esto,
mi querido señor, el perro
nos lleva varios puntos de ventaja.



EL HABLA DE LOS PERROS

Habla condensada, la del perro.
Apenas gruñe y ya da por conocidas todas sus intenciones.
No necesita de muchas palabras,
como el poema.
Su gesto inamistoso es la suma de ladridos
que omite decir para proceder, por la vía más rápida,
a mordernos. Después de todo,
el mordisco es la verificación objetiva
de su modo metafórico
de hablar entredientes.

RECITAL POÉTICO CON MOTIVO DE LA CLAUSURA DE LA EXPOSICIÓN "UNO Y MÚLTIPLE", EN HOMENAJE A JUAN CALZADILLA

Dibujo de Yilly Arana
ATENEO POPULAR DE VALENCIA
FESTIVAL POÉTICO ALTERNATIVO
CLAUSURA DE LA MUESTRA DE JUAN CALZADILLA
LECTURA DE POESÍA

Palabras de apertura:
José Carlos De Nóbrega

Poetas:
Yhosmary Franco
Meri Franco
María Alejandra Rendón
Robert Rincón
Francisco Ardiles
Víctor Manuel Pinto
Eduardo Mariño
Luis Alberto Angulo
Juan Calzadilla

Ateneo de Valencia
Sábado 23 de enero 2010
Hora: 4 PM

Saturday, January 16, 2010

UN POEMA DE MÁRIO SÁ CARNEIRO. Traducción de José Carlos De Nóbrega


UN POEMA DE MÁRIO DE SÁ CARNEIRO
ESTÁTUA FALSA
Traducción de José Carlos De Nóbrega


Só de ouro falso os meus olhos se douram;
Sou esfinge sem misterio no poente.
A tristeza das coisas que não foram
Na minha'alma desceu veladamente.
Na minha dôr quebram-se espadas de ansia,
Gomos de luz em treva se misturam.
As sombras que eu dimano não perduram,
Como Ontem, para mim, Hoje é distancia.
Já não estremeço em face do segredo;
Nada me aloira já, nada me aterra:
A vida corre sobre mim em guerra,
E nem sequer um arrepio de medo!
Sou estrela ébria que perdeu os ceus,
Sereia louca que deixou o mar;
Sou templo prestes a ruir sem deus,
Estátua falsa ainda erguida ao ar...

Paris 1913, Maio 5.

ESTATUA FALSA

Sólo de oro falso mis ojos se doran:
Soy esfinge sin misterio en el poniente.
La tristeza de las cosas que no fueron
En mi alma descendió veladamente.
En mi dolor se parten espadas de ansia,
Retoños de luz en la oscuridad se mezclan.
Las sombras que yo dimano no perduran,
Como Ayer, para mí, Hoy es distancia.
Ya no estremezco la cara del secreto;
Nada me disuade ya, nada me aterra:
¡La vida corre sobre mí en guerra,
Y ni siquiera un escalofrío de miedo!
Soy estrella ebria que perdió los cielos,
Sirena loca que dejó el mar;
Soy templo presto a caer sin dios,
Estatua falsa aún erguida al aire…

París, 5 de mayo de 1913.

Mário de Sá-Carneiro (Lisboa, 19 de mayo de 1890París, 26 de abril de 1916) fue un poeta, cuentista y novelista portugués, uno de los mayores representantes del Modernismo en Portugal y uno de los más famosos miembros de la llamada Generación de Orpheu. Entre sus libros destacan los poemarios Dispersâo (1914) e Indícios de Oiro (1937), además de las colecciones de novelas cortas Céu em Fogo (1915) y la novela A Confissão de Lúcio (1913).

3 POEMAS DE EUGÉNIO DE ANDRADE. Traducción de José Carlos De Nóbrega


3 POEMAS DE EUGÉNIO DE ANDRADE
Traducción de José Carlos De Nóbrega
A Augusta, mi madre

Morada


A primeira casa não era ainda a casa:
não chega a ser morada.
Na outra, mais pequena, onde ninguém
perguntava que idade tinha
ou se o verão já passara
ou o cão mordia,
amanhã estava à janela.
Essa era a casa, o sol onde ardia.

Morada

La primera casa no era aún la casa:
no llega a ser morada.
En la otra, más pequeña, donde nadie
preguntaba que edad tenía
o si el verano ya pasara
o el perro mordía,
mañana estaba a la ventana.
Esa era la casa, el sol donde ardía.

Com essa nuvem


Para que estrela estás crescendo,
filho, para que estrela matutina?
Diz-me, diz-me ao ouvido,
se é tempo ainda,
eu e essa nuvem, essa nuvem alta,
de irmos contigo.

Con esa nube

¿Para qué estrella estás creciendo,
hijo, para qué estrella matutina?
Me dice, me dice al oído,
si hay tiempo aún,
yo y esa nube, esa nube alta,
de irnos contigo.

O nome da terra


Já sobre o meu peito não demoras
os pés miúdos, já a breve
dança dos dedos troca de cabelo,
porque tu cresces, cresces inclinado
para a difícil flor da nossa idade.
És agora o outro nome da terra,
ou simplesmente da eternidade.


El nombre de la tierra

Ya sobre mi pecho no demoras
los pies diminutos, ya la breve
danza de los dedos troca de cabello,
porque tú creces, creces inclinado
para la difícil flor de nuestra edad.
Es ahora el otro nombre de la tierra,
o simplemente de la eternidad.
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Eugénio Andrade, es el nombre profesional del poeta y prosista portugués José Fontinhas, (Póvoa de Atalaya, Beira Baixa, 19 de enero de 1923 - Oporto, 13 de junio de 2005). De origen campesino y comprometido con la izquierda, publicó -entre otros títulos- Adolescente (1942), Las manos y los frutos (1948), Materia solar (1986), Los amantes sin dinero, Rostro precario,
El peso de la sombra (1986), Mujeres de negro (1988), El otro nombre de la tierra (1990) -de donde provienen los tres poemas en cuestión-, y La sal de la lengua (1999).

Saturday, January 09, 2010

EL CABALLO PORNOFÓNICO


Celebrando el libro Equijotaciones de Argenis Salazar, publicamos un texto que reseña uno de sus mejores trabajos musicales, no en balde el haber sido escrito hace 10 años.

EL CABALLO PORNÓFONICO
JOSÉ CARLOS DE NÓBREGA


Argenis Salazar: Caballito Frenao, 1998, compact disk editado de manera particular, 15 minutos y 3 segundos.


Este trabajo más reciente de Argenis Salazar significa un importante y firme paso en la obra musical de este compositor, iniciada con Mandrake en 1995. Debemos destacar la calidad en el manejo de los conceptos y de las atmósferas que recrea con incisiva contundencia y, sobre todo, personalidad. Salazar hurga en la dispersa variedad de los sonidos que nos embargan en esta “sociedad del ruido”, anunciada y prefigurada en el manifiesto de los futuristas italianos Russolo y Marinetti de 1913. El motivo consiste en el sonido de los cascos del caballo extraído de la radio –Martín Valiente sobre la montura, en tanto dios tutelar-, la radionovela o el radioteatro específicamente; ya lo había confesado John Cage: “La música es una supersimplificación de la situación en la que nos hallamos... Es una parte del teatro”. Si bien la propuesta musical es minimalista y experimental, Argenis Salazar no obvia sus preocupaciones y críticas al mundo y a la época que le ha tocado vivir, requisito necesario del arte auténtico.

Caballito Frenao se estructura en seis tracks o válidas. Las tres primeras son narraciones de carreras hípicas imaginadas y llevadas a cabo por Moralito en la Avenida 190 de Tarapío, Naguanagua. Moralito, un personaje más –y peculiarísimo- de la marginalidad citadina, es una “suerte” de shamán o místico que congrega a una cohotye etílica dispuesta a jugar sus caballos alucinados; ni el médium ni los jugadores conocen de antemano al ganador, ni siquiera mientras cuadra “Mi Polvorín”: No importa el remate pecuniario de los caballos en sí, sino la angustia y el placer de dejarse llevar por el azar mismo, los cascos se deslizan in crescendo como dados epilépticos sobre mantas raídas y ensangrentadas, la hiel metálica y alcohólica en el paladar, el sucio grumo en las fosas nasales y la tensión convulsa de los miembros como síntoma de la orgía. Entonces se interpone una referencia a las Letanías de Satán de Baudelaire: “Tú que, mágicamente, ablandas la osamenta / Del borracho caído al pie de los caballos, / ¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!”. En este caso, Salazar explora el poder disuasivo y seductor –envilecedor incluso- de la palabra, tal como lo definiera Ludwig Wittgenstein, la incertidumbre y el equívoco, “La certeza es, por decirlo así, un tono de voz en el cual se declara cómo son las cosas, pero no se infiere del tono de voz que se esté justificando”. La palabra no sólo mienta, describe y canta a los objetos, sino también es un objeto más del mundo; pese a que en este trabajo hay planteamientos relativos a la irracionalidad y al azar –tengamos en cuenta las magníficas sillas chirriantes de Fluxus, por ejemplo-, Salazar no deja cabos sueltos a la subjetividad de los escuchas desprevenidos producto de la improvisación y el efectismo snobs. La tonalidad es séptica, la grabación se divorcia adrede del virtuosismo técnico agrediendo constantemente al escucha, sobre todo en las tres últimas válidas.


En la cuarta, se evidencia el dominio del espacio musical al conjugar el besuqueo acicateante de Jesús Hurtado respecto a su caballo, con la transmisión radial de la Policía del Estado en la Isabelica. Aquí remeda a la música rap, tal como lo hiciera en “Punto y Raya” (Mandrake), pieza en la cual un paciente de Bárbula repite en clave Morse el estribillo de Héctor Lavoe: “Esa risa no es de locos”; ambos temas son presididos por la angustia y el acoso, la atmósfera es opresiva y obscena, regodeándose en la pornofonía. Por cierto, un paciente de otro centro psiquiátrico comparaba la terapia de electroshock con un caballo que escupía babaza de fuego. El placer por lo ilícito, por lo prohibido, amerita de un ente inquisidor, bien sea el gendarme, el sacerdote, el maestro o la conciencia; este juego encanta sobremanera dado su carácter masoquista y perverso, la rebelión ante el orden de cosas es otro objeto falso, una de las caras de la moneda es el morbo, el reverso es la represión en todas sus formas.


En la quinta, a través del collage, fusiona las actuaciones de cuatro humoristas colorados, mientras continúa el galope incesante: la Nena Jiménez, Montecristo, Maracucho y el Negro Palomino. La sintaxis del discurso musical es mucho más violenta, tendiendo a la deconstrucción. Dentre ese concierto caótico de voces tenemos el estribillo “Un tipo que era impotente”, el cual denota la agresión hacia el escucha que bombardeado por los retruécanos obscenos vivificará el órgano o la función -¿disfunción más bien?- sexual correspondiente. Tal fantasmagoría mental, Freud dixit, viene del afán de coartar los sinsabores de la privación por vía de la repetición de una experiencia placentera; entonces la imagen trocará en un objeto real. Por ejemplo, la consagración de un tubo de vaselina por la afiebrada prosa de Genet; o un frasco de desodorante de bolita como consolador de una desdichada joven. De allí que Salazar cierre en la sexta con una llamada solícita a “Manchita” en la línea caliente, previa sugerencia del tema a la Computadora: la pérdida de la virginidad contada durante la masturbación de la voz, demasiado elaborada y profesional para ser de una púber. El teléfono cumple la misma función que la radio, el escucha deja de ser sujeto, inmerso en la imaginería acústica se masturbará como los oligofrénicos o los mongólicos ante un tótem eléctrico.


Para Adorno y Horkheimer, la industria cultural deviene en pornografía y –por qué no- en pornofonía, pues se trata de envilecer a las masas, de encajonarlas en compartimientos estancos. Creando, por supuesto, un falso estatus de libertad, pues “La necesidad que podría acaso escapar al control central es reprimida ya por el control de la conciencia individual”. En la telenovela clásica tenemos una apología al incesto, sólo que se realiza a través de un discurso moralizante y pacato, hecha la aclaratoria en los capítulos finales. Argenis Salazar embiste tal desaguisado apelando a sus mismas herramientas: las expectativas cifradas en las carreras de caballos (incluso en el acto artístico, pues Duchamp adujo que “Los artistas son personas completamente obsesionadas, completamente cegadas, con gríngolas”), la redención de los desposeídos y descamisados mediatizada en y por las radionovelas, la realización erótica de eyaculadores precoces y hembras frígidas a ritmo de rap y salsa erótica por un lado, y la ridiculización de la clase media que se aturde y extravía con la soporífera y pretenciosa cadencia del espirituoso New Age. Ello de manera cruenta y sesgada, reordenando el entorno para así resaltar el caos que nos afecta día a día; los objetos “sónicos” toman un nuevo significado en la cuidadosa distribución del espacio musical, el ritmo y la atmósfera son cónsonos con la ambigüedad y las incomprensibles coces de adentro y afuera: El endemoniado dice “Me llamo Legión porque somos muchos”. De la globalización de la economía, la cual implica a su vez la homogeneidad en los usos culturales y sociales, tan sólo se consigue el aislamiento del individuo en el rebaño. Parafraseando a Musil, Salazar ratifica que la abyección es una forma del desamparo y una pared que se hace cada vez más infranqueable.


Desintegrando la frase de Bataille, se confunden en una masa informe “Los absurdos de los pueblos bárbaros” y “las arrogancias científicas”, “las pesadillas” y “los trazos geométricos”, “los caballos monstruosos imaginados en Galia” y “el caballo académico”; sólo así el Doctor Jekill y Mister Hyde se reconocen en el muladar, caro e inmanente a ellos: la disociación de las voces y los aullidos es, por lo tanto, inútil y contranatura.


Valencia, diciembre de 1999.
¡Salud, Afición!

LAMBEOJO O EL OJO DEL CORDERO DE WILFREDO LAM. BEATRIZ BARRAL COMENTA "EQUIJOTACIONES" DE ARGENIS SALAZAR

Bautizo de Equijotaciones en Madrid: Al habla tenemos a Beatriz Barral y a su siniestra se ubica nuestro amigo Argenis Salazar, el autor.
Lambeojo o el ojo del cordero de Wilfredo Lam

Beatriz Barral.

Lo cierto es que no conozco a Argenis, pero Argenis me lambió el ojo para que hoy, aquí y ahora, hable de David.

A David sí creo conocerle, sé que es la D que está entre la A de Argenis y la S de Salazar, también, sé que la doble hélice, el ADS de Argenis David Salazar, se compone, en diferente porcentaje, de un finito número de un sin fin de elementos encadenados infinitamente:

Alonso Quijano, Alcorcón, Alejandro, Aristófanes, Artaud, Ass kisser,
Baba ovo, Bachata, Barral, Bataille, Baudelair, Baudrillard, Benjamin, Berlusconi, Blake, Boal, Boccacio, Bolaño, Borges, Bosh, Brecht, Brossa, Bruegel, Buñuel, Burdel, Bush,
Cage, Calo, Canetti, Caracas, Cervantes, Cicerón, Cortazar, Crisipo, Cul de leit, Chávez, Chomsky,
Dalí, De la Cruz, Deleuze, Duchamp,
Edipo, El Greco, Epicuro,
Foucault, Freud, Fuentes,
García Márquez, Gide, Goya, Gracián, Grotowski, Guattari,
Heráclito, Hernández, Hipócrates, Horacio,
Jala bolas,
Kafka, Klossowski,
Lameculos, Loyola, Lucrecio,
Lacan, Laporte, Lezama, Lévi-Strauss, Lo sin acento en la “o”, Lyotard.
Madrid, Malthus, Mamá, Mandelbrot, Michaux, Montaigne,
New York,
Obama, Ovidio,
Papá, Pessoa, Platón, Plutarco, Puta,
Quevedo, Queens, Quiroga,
Regetón,
Sancho Panza, Santa Teresa, Séneca, Shakespeare, Sócrates, Sófocles,
Terencio, Toledo,
Vallejo, Vargas Llosa, Van Gogh, Velázquez, Venezuela, Vila- Matas, Virgilio,
Zenón,

20 “bes”, 11 “ces”, 6 “eles”, 6 “eses”, seguido de “íes”, “jotas”, “erres”, “úes”, “equis”, “íes griegas” o “zetas”.

Ya lo dijo Pessoa:
Este Señor Salazar
Está hecho de sal y azar.

Equis, jotas, acciones: Equijotaciones.

Beatriz Barral-Madrid 2009.


Nota del "administrador" de este blog: Equijotaciones (2009, Visión Libros, Madrid) es el primer libro del también compositor Argenis Salazar. El texto constituye una deliciosa fusión de géneros literarios como el cuento, el ensayo y el aforismo, amén de vindicar una lectura lúdica y vivencial del Quijote de la Mancha. Se nos antoja una poética y divertidísima bitácora de un sudaca en España, cuyo exilio o peripecia de a pie es una fiesta que echa de sí los arrebatos almibarados de la nostalgia, la prepotencia de los cronistas de indias (nos habla más bien un tío conejillo de indias que se desquita), o los lloriqueos provincianos, culturosos o universalistas que conducen a la misma comarca gris. Nos retrotrae los aforismos de Lichtenberg y Gracián, las greguerías de Gómez de la Serna y el Diccionario del Diablo y los relatos parricidas de Ambrose Bierce. Se le recomienda a los lectores vender cualquier prenda de vestir para adquirir este simpático libro: su lectura los conmoverá, los complacerá y los confrontará placenteramente al calentamiento global, el doble discurso de Obama o la impunidad de los banqueros y otros malandrines de cuello blanco. Para obtener Equijotaciones, lo cual hará posible que este servidor cobre su comisión, pueden acceder al siguiente link:
¡Gracias totales! de José Carlos De Nóbrega.