Tuesday, June 16, 2009

ALEJANDRO ROSSI SE MARCHÓ AL MUNDO DE LOS DISTRAÍDOS. CARTAS CREDENCIALES. ALBERTO HERNÁNDEZ


Artículos y reportajes (Letralia)
Alejandro Rossi se marchó al mundo de los distraídos
Cartas credenciales

Alberto Hernández


Desde los días del Manual del distraído, Alejandro Rossi nos suena en la conciencia. El ensayista, atado al amor de tres nacionalidades, favorece la universal, la más cercana a nuestros afectos.

Con Cartas credenciales (Fundación Bigott, Caracas, 2004) Rossi se nos presenta lleno de la vida que ha encontrado en México, donde es considerado como uno de los intelectuales más sólidos y respetados. La lectura nos amarra desde la primera página: estas cartas de presentación nos hacen descubrir la biografía de un hombre que si bien nació en Italia, tuvo en Venezuela su segunda patria, así como en México el imaginario que hoy lo cobija y le da aliento para seguir husmeando el mundo.

Desde su primer ensayo lo vemos agitarse: “No es fácil encontrar la tradición que nos conviene. Aquella que se ajusta a nuestros gustos y facilidades. La familia intelectual que comparte afinidades y aversiones, temas, estilos, mañas. A veces es necesario hacer largos rodeos y transitar por territorios ajenos. En el mundo hispanoamericano esto es aun más cierto porque no hemos vivido en culturas filosóficas propias, asentadas y, por consiguiente, las generaciones y grupos han debido elegir, a veces sin antecedentes previos, no sólo éste o aquel problema, sino la cultura filosófica en el que discurre”.

Esta reflexión se confirma en las páginas que más adelante terminan de darle cuerpo al libro. Pese a ese vacío filosófico, Rossi rompe con la “soledad teórica y el peligro de un didactismo elemental”, como él mismo lo dice, para desnudar la sapiencia y los afectos por un “territorio” humano que es la vigencia de nuestra cultura, pese a no contar con una filosofía propia.



II

La vida de este pensador, aferrado a las letras, se reconoce en la filosofía y en la literatura. Sobre estos puntos señala: “¿Y la literatura? Ha sido, más que la filosofía, mi santo y seña para mezclarme con la realidad”. Que nunca ha estado muy lejos: vivir en América Latina es toda una aventura donde la gramática del espíritu complementa la de un paisaje que se mueve entre el grito y el silencio.

Esta corta autobiografía revela las “cartas credenciales” del escritor ante un auditorio en el Colegio Nacional de México, suerte de currículo que se estima imprescindible para darle más fuerza a su presencia, al hecho de “que yo sólo sea un espejismo de la buena voluntad” de los mexicanos que comparten su talento, sus más caras intimidades.

La próxima estación nos deja en Borges. El recuerdo del viejo escritor argentino marca de cerca de quien le escribe: “La muerte de Jorge Luis Borges ejemplifica a la perfección ese misterio que, con terminología tradicional o quizás simplemente eterna, llamaré la mezcla o la reunión del alma y del cuerpo”.

Y así, alma y cuerpo, Borges es visto a lo lejos, la primera y última mirada. El alma, la lectura del genio. El cuerpo en una conferencia, un día; en la calle de una ciudad, un instante: “Quiero recordar la primera vez que lo vi, porque ya entonces entreveía —más física que conceptualmente— que allí se tramaba una alquimia rarísima. Conviene saber que yo tenía veinte años y era un lector de Borges desde los quince”. Pasadas las décadas, una conferencia, llegar tarde a ella. Sólo atinó a verlo con la mirada caprichosa de la memoria visceral. Es decir, de ello guarda lo que quiere.



III

La otra memoria, la del alma, lo frecuenta con generosidad, ya a un poco más de los treinta años. Se apareció Borges: “Yo también crucé la calle y lo seguí unas cuadras, a cierta distancia, asombrado en el fondo de que las cosas fuesen así, tan simples y tan enigmáticas, un hombre camina por la calle. Yo todavía lo sigo”.

Un texto corto dedicado a Juan Nuño, otro venezolano anclado en nuestra espiritualidad. La muerte del autor de La cuestión judía dejó una marca en Rossi: “Me consuela pensar que la intimidad vale más que el escenario, me conforta saber que ni él ni yo desperdiciamos un solo minuto de amistad. Ignoro dónde se encuentra Juan Nuño ahora. Lo único que puedo asegurar es que estará para siempre conmigo”.

Por supuesto, no podía faltar Octavio Paz, otro de sus amigos. Corre aún mucha agua por los afectos de este hombre que recorre el continente en una recreación feliz por personajes y hechos que terminan por hacernos más cercanos.

Monday, May 04, 2009

DOS TEXTOS POÉTICOS DE MANUEL BANDEIRA. Traducción de José Carlos De Nóbrega



POEMA EXTRAÍDO DE UNA NOTICIA DE DIARIO

Joâo Gostoso era cargador de mercado libre y moraba en un cerro de Babilonia
/en una barraca sin número
Una noche él llegó al bar Veinte de Noviembre
Bebió
Cantó
Danzó
Después se tiró en la laguna Rodrigo de Freitas y murió ahogado.


NUEVA POÉTICA

Voy a lanzar la teoría del poeta sórdido.
Poeta sórdido:
Aquel en cuya poesía hay una marca sucia de la vida.
Va un sujeto,
Sale un sujeto de casa con la ropa blanca bien planchada, y en la primera esquina
/pasa un camión, le salpica el paltó y el pantalón
/de una mancha de barro:

Es la vida.

El poema debe ser como la mancha en la ropa:
Hacer que el lector se entregue a la desesperación.

Sé que la poesía es también llovizna.
Mas ésta baña a las niñas, las estrellas alfas, las vírgenes cien por ciento y
/las amadas que envejecerán sin maldad.

Traducción de José Carlos De Nóbrega.

UN FRAGMENTO DE "MORTE E VIDA SEVERINA" DE JOAO CABRAL DE MELO NETO. Traducción de José Carlos De Nóbrega


FRAGMENTO DE MORTE E VIDA SEVERINA, JOAO CABRAL DE MELO NETO


Traducción de José Carlos De Nóbrega


-Como aquí la muerte es tanta,
sólo es posible trabajar
en esas profesiones que hacen
de la muerte oficio o bazar.
Imagine que otra gente
de profesión similar,
farmaceúticos, sepultureros,
doctor de anillo en el anular,
remando contra la corriente
de la gente que baja al mar,
retirantes al contrario,
suben del mar para acá.
Sólo los rozados de la muerte
compensan aquí el cultivar,
y cultivarlos es fácil:
simple cuestión de plantar;
no se necesita limpiar,
abonar ni regar;
los estiajes y las plagas
nos hacen prosperar más;
y dan lucro inmediato;
ni es preciso esperar
por la cosecha: se recibe
en la misma hora de sembrar.


UN POEMA DE MÁRIO CHAMIE, VEHÍCULOS DE MASA:TV. Traducción de José Carlos De Nóbrega


VEHÍCULOS DE MASA:

TV

el vidrio transparencia / el ojo ciego conciencia
la conciencia en el video / la transparencia del vidrio
el pueblo ciego de la plaza / el ojo negro de la masa
la plaza de ojo ciego / La masa de ojo negro

el vidrio transparencia
el ciego conciencia
la masa delante del video
la masa = globo de vidrio

la plaza de ojo negro
el pueblo = ojo murciélago

sin ver el pueblo a través de la venda
la cámara negra = su tienda

sin ver / la venda en el ojo del pueblo
te ve / la cámara negra de sueño


Traducción de José Carlos De Nóbrega.

Wednesday, April 29, 2009

AZUL FORTALEZA O DE LA SERENIDAD EN LA TORMENTA


AZUL FORTALEZA O DE LA SERENIDAD EN LA TORMENTA

José Carlos De Nóbrega

El mar es una bruma sonora en la distancia.
La noche sigilosa abolió los paisajes.
Soledad, sombra, tedio, quietud... y tu recuerdo
que abre en la noche ciega la estrella inolvidable.

Luis Enrique Mármol, Sin ti...

Este libro de nuestra amiga Marisol Pradas excede el género de la literatura confesional: Constituye una epístola amorosa dirigida a su hijo Ernesto para conmemorar y honrar a Martín, a Sol, a Oscar y Andrea más allá de su desaparición física. Dialogar con nuestros muertos -ante sus tumbas, en la casa o el trajín de la calle- nos conducirá a una vindicación de la vida misma, sin importar la obligatoria pasantía que hemos de cumplir en este cielo e infierno terrenales. El arranque del libro describe la conversación sentida que sostiene la voz narrativa con sus más queridos fantasmas; nos retrotrae escenas conmovedoras del film Fanny y Alexander de Ingmar Bergman, en las que vivos y muertos se enredan en una maravillosa tertulia, o algunos versos del poeta brasileño Carlos Néjar que refieren el límite impreciso entre uno y otro mundo: "Mis muertos, estamos apegados / a la misma herencia. / Pero lo que nos separa / es que se esté adelante. // No les alcanzo / y esta distancia / es la que me hace cautivo. // Hay una cubierta apenas / a ser partida. / Muertos míos, / hay una cubierta apenas / y anchos los sueños". Habitamos la casa en un ejercicio de la memoria yuxtapuesta al sueño: A tres cuadras del mar, Martín se balancea dichosamente en la hamaca, Sol dispone en el lienzo un enternecedor fatalismo convertido en madre que clama ante el hijo yaciente, mientras que Oscar y Andrea se convierten en destellos enamorados de una luz alocada y transparente trazada por Armando Reverón.


En este caso, la confesión no es artificial ni edulcorante, mucho menos "edificante" en el sentido confortable y utilitario de la literatura testimonial o de autoayuda: Nos invita a una comunión viva con su autora, sin estridencias estilísticas ni alcabalas que propendan a la manipulación emocional del lector; por el contrario, en Azul Fortaleza privan el inequívoco tono conversado del ensayo y la serenidad de la voz narrativa en la apropiación apetitosa de la vida, superado el deslave de la tragedia que embarga pero no logra enseñorearse del corazón. Los valores que dignifican a la humanidad no son pataleos absurdos en arenas movedizas que pretenden ahogarnos, impunemente, durante situaciones extremas: "Muchos valores no se enseñan en las aulas. Son aspectos muy arraigados dentro de las vivencias personales que el libre albedrío cultiva en los preciosos jardines internos". Efectivamente, el uso institucional de la llamada educación en valores, no es más que la bacinilla de peltre con el que se intenta reprimir el ejercicio libre de la ciudadanía. Cónsona y cómplice con la ética trocada en mercancía según (C)Eme(n)terio Gómez, la cultura de las organizaciones empresariales, educativas y gubernamentales son la apología del envilecimiento y el gregarismo de sus miembros. Por lo que el libre pensamiento y, peor aún, la conciencia libertaria están fuera de orden. ¿Cómo se explica entonces que se premie la delación, el despropósito y la medianía por encima de la iniciativa propia a contracorriente de tan decadente clima institucional? No importa que el delator o el arribista sea gerente de la empresa transnacional, directivo de liceo o reportero gráfico de vil y ponzoñosa reputación.


Nuestra ciudad es abordada de manera directa y cruda, sin afán de desquite ni intenciones inconfesables: "Acuérdate que Valencia es una ciudad pequeña, con muchos cómplices alrededor, con muchas relaciones entre las gentes, familias poderosas emparentadas entre sí, porque entre ellos mismos se casan, se relacionan y qué les puede importar que tú seas periodista". Nada parece haber cambiado, el estigma colonial y endogámico es el sustrato de la práctica capitalista valenciana. Sin embargo, la crítica que se desprende de Azul Fortaleza, producto de la indolencia de propios y extraños ante la doble tragedia personal, no se deja contaminar por el resentimiento. Las dificultades son regalos que otorga la vida para el enriquecimiento interior derivado de la persistencia del Amor: "Siempre estuvo ahí, la fortaleza del mar, acompañando y esculpiendo al ser. Fortaleza azul, azul fortaleza del espíritu, combustible de vida y deseos". La estulticia de la empresa no pudo doblegar la honestidad de Martín, caballero de carta cabal con el cual compartimos y celebramos el culto a la mujer y al matriarcado; también nos acompaña la solidaria voz poética de Oswaldo González, para la abuela Adela y la mamá María, "Que en el patio de mi infancia / embrujaron el día / con vainilla y canela". Los capítulos que homenajean a Sol Pradas son poéticamente festivos, pues asumen con cariño y ternura la figura paterna en clave de samba triste: no obstante su desencanto y su sentido negro del humor, la memoria lo rescata en su iconoclastia depredadora de triciclos para combatir el dolor de rodillas, sus lienzos luminosos y su poesía abriéndose paso con la voz seca y traviesa. Se empalma el escritor polaco Bruno Schulz en otro homenaje a la locura paterna: "Abajo, a los pies de este Sinaí crecido por la ira de mi padre, el pueblo gesticulaba, blasfemaba, veneraba a Baal y comerciaba". Asimismo, la tragedia de Vargas recompone a Oscar y Andrea con dolor y poesía: la furia de la montaña los llevó camino al mar, sin embargo son unos preciosos cosmonautas que engalanan lo que denomina el poeta Freddy Hernández Álvarez litoral de ausentes: "Los ahogados en la extensión gris / son la noche sacudiendo la memoria". Martirio que trajo consigo la supervivencia de Mamá Rosario y sus nietos Andrómeda y Vangelis. He aquí un libro que toca a los lectores apelando a la solidaridad y la contristación mutuas, sin que nadie hipoteque sus convicciones ni su cosmovisión en particular. El diálogo es franco y harto corajudo, apostando por la vida con inquebrantable terquedad en el epicentro mismo del tsunami. Oigamos la serena y deliciosa voz de Marisol: "Los libros no los hace uno, ellos asaltan y toman al que cumple la tarea de transcribirlos frente a la máquina de escribir o computadora. Mejoran lo que uno quiere decir, transforman, alcanzan verdades y el trabajo de quien luego aparece como autor es dejarse fluir con esa sinfonía de alientos".


En Valencia, la de Venezuela, 22 de abril de 2009.

Tuesday, March 31, 2009

INSCRIPCIÓN EN TU ESPALDA, LEDO IVO. FOTOGRAFÍA DE YURI VALECILLO.


Inscripción en tu espalda

Ledo Ivo (traducción de Rodolfo Alonso)

Foto de Yuri Valecillo

Por no temer jamás las desventajas
de ser bella en lo oscuro es que mereces
estos climas nocturnos; placidez
de chispas emigradas; subterfugios
después de amar, reposo, tentación.

El sueño se disuelve en tu sueño
como la hora en el tiempo de tu espalda.
Ahora, la tarde es grande, no sugiere
manos ante los senos. Y adormeces
-paisaje de paisajes que no viste.


Del poemario Cántico.

Tuesday, March 24, 2009

EL CORAZÓN DE VENEZUELA: POESÍA Y COMPROMISO EN EL DECIR


EL CORAZÓN DE VENEZUELA: POESÍA Y COMPROMISO EN EL DECIR.
José Carlos De Nóbrega.


A todos los Poetas del Decir.

Pueblo de mi misma leche, Miguel Hernández.

He aquí una colección poética hermosa y significativa, El Corazón de Venezuela, Patria y Poesía (2008), compilada por Luis Alberto Angulo y Luis Ernesto Gómez bajo el sello editorial de PDVSA y REDVE. Constituye su segundo trabajo compilatorio que se inició en 2006 con 70 poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Iraq y Líbano, el cual tuvimos el placer de presentar en Valencia el 22 de mayo de 2007. Vincula la patria con el decir poético en la exclusión del equívoco discurso chauvinista y el seco formato del pasquín ideológico dispuesto en versos; es la afirmación del patriotismo legítimo en tanto antítesis del nacionalismo hueco y ruidoso a fuerza de arengas y consignas, como bien lo postula Julio Cortázar. El volumen destila pertinencia para el momento histórico que ha espoleado la participación popular, destaca la revisita del decir poético venezolano a lo largo de su evolución histórica y promueve sus voces más recientes. Sin duda, la antología está animada de guisa coherente por lo que hemos llamado la Poesía del Decir: el compromiso de la palabra con la humanidad oprimida y, en consecuencia, la deslegitimación del discurso abyecto y tenebroso del poder. Leopoldo de Luis, refiriéndose a la obra poética de Miguel Hernández –imprescindible referencia tutelar de la Poesía del Decir-, lo ratifica sin ningún tipo de artificio retórico: “Ese primer aletazo entusiasta responde a un entendimiento de la poesía como esencia misma del pueblo, con raíz en la tierra, y el poeta como intérprete de sentimientos colectivos, con misión de conducir los ojos y el corazón de las gentes hacia esas cumbres hermosas que son las realidades poéticas, reflejo de las realidades vivas”. Lamentablemente, en nuestro medio se ha machacado –por obra y desgracia de poetas y críticos irresponsables- la división o fragmentación de nuestra poesía en grupos, patotas o escuadras; los poetas se convierten en malsanas etiquetas –formalistas, surrealistas, minimalistas, nadaístas- en el despojo de su humanidad, con la artera y predatoria intención de segregar lo popular a expensas de lo culterano. Si revisamos, por ejemplo, la poesía brasileña contemporánea, tal distinción no es propagada por su absoluta y obscena insensatez; las voces más representativas de Brasil cantan a la patria y a su pueblo sin concesiones, enclavadas en un discurso amoroso: Ahora llamaré a la amiga conjugada / Y pediré qué pieza al ruiseñor de día / Qué pieza al sabiá / Para llevarte presto a este avigrama: / “Patria mía, saudades de quien te ama… / Vinicius de Moraes”. Para Luis Alberto y Luis Ernesto, la poesía venezolana –pese al desconsuelo de voces agoreras como Milagros Socorro & Compañía- establece claros nexos cómplices con la poesía conversacional y exteriorista de Ernesto Cardenal y Pablo Antonio Cuadra, el Vallejo de Poemas Humanos, Ledo Ivo y Miguel Hernández, entre otros.

El libro se inicia con la letra del himno nacional, Gloria al bravo pueblo, en la maravillosa cadencia de la canción de cuna canaria que la dignifica; no en balde nuestras abuelas aún duermen a sus críos con este poema escrito por Vicente Salias. No pueden faltar textos fundamentales de la poesía venezolana: Alocución a la Poesía de Andrés Bello, Vuelta a la Patria de Juan Antonio Pérez Bonalde, Silva Criolla de Francisco Lazo Martí, El Reto (Florentino y el Diablo, nuestro canto épico por excelencia), Credo de Aquiles Nazoa y Mi padre ebrio, mi padre se muere de Caupolicán Ovalles. Por supuesto, este proyecto es abierto y está reñido con las colecciones literarias de corte definitivo, excluyente y sesgado: Busca la atención de los lectores de la calle, desatendidos la mayoría de las veces por las preciosas y ridículas poses de nuestra intelectualidad que se extravía en los vericuetos del poder político y la inmediatez árida y pesetera del mercado editorial. El paisaje interiorizado, en muchos de los textos de esta afortunada antología, responde a un discurso amoroso y vindicativo de la patria sin la estridencia de términos edulcorados ni arrebatados en el detritus de un romanticismo trasnochado. Por ejemplo, se agradece uno de sus más generosos hallazgos, Réquiem para mi perro de José Natalio Estrada:


(…)Al transcurrir un tanto melancólico
de las entradas de aguas,
en el espanto del verano
o en las frustraciones del invierno,
dimos a la sabana lo mejor que tuvimos
en la plenitud de cada hora.


La sencillez y la honestidad del canto nos conmueven sin apelar a las ofrendas florales en el mausoleo del despropósito patriotero de traidores e hipócritas; por el contrario, a la vera de la égloga dolorosa, el alma transida del vivir se reconcilia con la patria –sin nombrarla en vano- en la cotidianidad de la cabalgadura, la cacería y la conducción del ganado, acompañada siempre por la fidelidad incansable del cacri flaco de hambres y mezquindades. Para Ledo Ivo, la patria no descansa en el uso irresponsable, pretencioso y exquisito de la lengua, es el pretexto necesario y urgente para la celebración muda de su belleza, precariedad y oprobio. Esa bellísima misa de muertos cierra con la tierra y los gusanos transfigurando el cadáver del perro:


Esta es la historia de mi perro
y un poco de mi historia
en el largo regreso hacia mí mismo.

Entonces, ¿este réquiem, por lo local, no es universal? ¿Solamente lo es el soponcio mortal de Argos al reencontrarse con Ulises muchos años después? Unos versos no segregan a los otros en la confección de un canon arrogante que excluye la lucidez placentera de la atenta lectura de lo propio y lo ajeno. ¿El erotismo de Catulo está divorciado de la concupiscencia poética de María Calcaño? Isaac Pardo nos refiere, asomándose Don Siverio por la ventana, el beso apasionado del romancero español y algunas manifestaciones de nuestro cancionero popular. Al homenajear a Simón Díaz, Joan Manuel Serrat advertía que la universalidad del canto parte de su íntima y sentida conexión con lo regional. Los clásicos de la literatura universal y nacional no están separados por una horrorosa cerca metálica a la manera de la United Fruit Company; por el contrario, constituyen un patrimonio inembargable de la agradecida humanidad lectora. Este libro, valga la aclaratoria, no es producto de la inspiración gratuita ni de lo políticamente correcto. Es la continuidad del trabajo artístico de sus dos promotores, amigos y camaradas nuestros: Luis Ernesto y su trabajo de composición musical que emparenta en una fusión deliciosa lo clásico, lo experimental y lo popular (recordamos su linda obra alusiva a uno de los nuestros, el escritor peruano José Carlos Mariátegui); y Luis Alberto, afanado y fajado en la divulgación y el estudio auténtico –sin las alienantes cortapisas profesorales- de poetas como San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Ernesto Cardenal y Ledo Ivo. He aquí esta modesta invitación para leer y tocar el Corazón de Venezuela, tarareando el dueto de Louis Armstrong y Bing Crosby: le pedimos a la Patria un beso para edificar un sueño que nos ampare y festeje a todos.

En Valencia, la de Venezuela, 24 de marzo de 2009.

Tuesday, March 17, 2009

EL COMPLOT DE LAS CACHIFAS SEGÚN ZABALETA. JOSÉ CARLOS DE NÓBREGA


EL COMPLOT DE LAS CACHIFAS SEGÚN ZABALETA
José Carlos De Nóbrega

El proceso de los más escandalosos crímenes se cierra con un gracejo; las mayores infamias, sólo dan origen a una cuchufleta. ¡Momo se divierte y nos divierte! Un nivelamiento rasero ha rebajado las cumbres y elevado las charcas, y a las cumbres enanas elevan himnos las ranas ensoberbecidas. Pío Gil (alias Pedro María Morantes).

Valga una aclaratoria, nos referimos al primer libro de Orlando Zabaleta, Crónicas de un opositor en tiempos descoordinados (2008, Ediciones OPSU), título susceptible de ser atribuido a su otro yo o Némesis: Wladimir, artista plástico opositor que en un acceso místico acusó al camarada Oswaldo Guayasamín de ser franquista; tan sólo con el equívoco fin de darle un espaldarazo a la cuestionada gestión neogoda de José Napoleón Oropeza al frente del Ateneo de Valencia. Esta primera incursión narrativa de Orlando nos embarga de mórbido y travieso placer: Recuperando la tradición satírica de nuestros costumbristas, caricaturistas y escritores tales como Pedro Emilio Coll, Pío Gil, Leoncio Martínez, Job Pim y el Otero Silva de Las Celestiales y El Morrocoy Azul, recrea el final de fiesta de una clase política decadente estigmatizada en un ánima en pena llamada adequidad. Sin embargo, la crítica es festiva y a la vez compasiva: El personaje que protagoniza el discurso narrativo y la condición actancial, es víctima de la más caótica de las imposturas; se confunden el despropósito, la estulticia y la futilidad de esa camada politiquera y demagógica con la visión despiadada del polemista político que es Orlando. Esto es transitar del discurso estridentista de la intolerancia (nada qué ver con Rulfo en la literatura, ni con Bernardo Valencia en la tauromaquia), patente en el complot de las cachifas, comerse este país que nosotros, la clase media, levantamos (Milagros Socorro nos lo dice); hasta devenir sin trucos estilísticos en la más abyecta simulación que nos conduce a una crítica pertinente y no menos contundente, Pero, ay, hoy ningún verbo de fuego puede conjurar el frío del alma de este cenáculo de caras blancas. Pudiéramos afirmar que el libro es un pastiche criollo (en un préstamo del poeta Luis Enrique Mármol) que parodia el changuérico discurso oral y político del valenciano Henry Ramos Allup: traquitraqui-traquitraqui / el serial de la espoleta es / A-D-se-nec-tud. “Fusilando” o plagiando al poeta Manuel Bandeira, tenemos al muy pobre Sapo-cururu / de la barriga hinchada. / ¡Vote! Salte con él… / Sapo-cururu es senador de la República.


Poco importa entonces si nuestro adeco dedichado nos hable desde Caurimare, Chacao, Prebo, Trigal Centro o descanse su desilusión en cualquiera de esos camastrónicos púlpitos en serie denominados Sambil. Más allá de la fracasada estampida política que devela su lamento, de su misoginia manifiesta en la prisión del varón domado, o del divorcio que trae consigo disputarse los críos, los corotos y la cachifa, resulta de una obscenidad terrible su desesperanza afincada en la imposibilidad de redimir el destino con su propia mano. El personaje se escinde en las hablillas mismas: es rumor, frustración y precariedad al punto. Salvando las circunstancias estéticas e históricas, recuerda a personajes atribulados de nuestra literatura: Crispín Luz de El Hombre de Hierro de Blanco Bombona, Mateo Martán de Los Pequeños Seres de Garmendia, o Claudio del cuento Ese turbio amor de Mariño Palacio. Sólo que el tratamiento del humor a lo largo del relato –es significativa la estructuración de los capítulos a la manera de una rocola latinoamericana-, posibilita la risa del lector ante tan descocada tragicomedia. Evidentemente, el protagonista es víctima y victimario del “control del mercado político por medio del sufragio universal” (como lo postulan Espinoza y Gorodeckas en su libro La Adequidad de 1985). Sin embargo, la “representatividad” es buche y pluma na’má: El voto de un analfabeto vale igual al de un doctor, el de un malandro al de un general. El de un vago desempleado al de un empresario que le da trabajo a cientos de trabajadores, la mayoría malagradecidos, por cierto. Tanto es así que le esconde a los lectores sus gustos y placeres elementales. ¿Este adeco es magallanero o caraquista? La recua apocalíptica de su discurso no da para más: Lo vimos el día sábado pitando a Magglio Ordóñez en el Dolphin Stadium, el muy desgraciado padece de cretinismo diamantino (tonto césar apuñalando con el pulgar el diamante de juego, sus pocas bolas y el escuálido seso); hoy su endecha despechada aturde con el pase de la selección a las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol.


Es innegable que estas crónicas constituyen un estupendo y peculiar ejercicio de nuestra memoria reciente. La democracia del Pacto de Punto Fijo fue haciendo agua en la demagogia y el capitalismo de Estado, para luego ir siendo prisionera del largo brazo de un Poseidón fondomonetarista que desencadenó el tsunami del tan mentado neoliberalismo (lo cual no justifica un ataque al pensamiento liberal bajo ópticas oscurantistas y supersticiosas) y luego el discurso eufemístico de la economía social de mercado: De entrada se le aclaró bien el guión: Nunca diga “privatizar”, profesor, diga: “Abrir cauce a la participación de la sociedad”. Menos diga: “desnacionalización”, diga: “los necesarios aportes del capital foráneo”. He allí el desaguisado criminal contante y sonante del paro petrolero promovido por la nomenclatura meritocrática de la industria, por ejemplo. Qué decir del golpe de abril, una intentona torpe y artera que le dio la espalda al orden jurídico y a una consideración seria de nuestra historia contemporánea. Este volumen puede ser un oportuno pretexto para abordar un análisis necesario de la actual coyuntura política, signada muchas veces por la prisa, el oportunismo y la improvisación. Es menester la discusión política bajo ópticas diversas, creativas y encaminadas a la solución de nuestros más ingentes problemas y vicios. La promoción de la lectura ha de ser una red de múltiples implicaciones que enriquezca –so pena de persistir en la banalización y la frivolidad- el diálogo entre los venezolanos. Cierta burocracia cultural –otra cosa son los verdaderos promotores y actores culturales- no puede justificar su mezquino espacio espantando arañas del catre para solazarse en proyectos descabellados. No se preocupen, incluso el libro puede hacerse pasar por literatura que consuele a aquellos que se desquician viendo al Mataduras despotricar su propia sombra de lunes a viernes en la tarde. La lectura lúdica es la antípoda de la que subvocalizan los idiotas y los amargados en un crujir de dientes.

Valencia de San Simeón el estilita, 17 de marzo de 2009.

Monday, March 16, 2009

CRETINISMO DIAMANTINO EN EL DOLPHIN STADIUM DE MIAMI


El término cretinismo diamantino posee dos acepciones:


a) La referida a los managers de tribuna que todo lo saben sin arriesgar el pellejo, pues se refugian detrás de la fanaticada en las tribunas y los bleachers. Su crítica maledicente e idiota sazona las cervezas y los perros calientes del domingo al mediodía; comprende la ignorancia del juego de baseball y sus reglas, las hablillas del día y los comentarios políticos de poca monta.


b) Una nueva especie, derivada de la anterior, que se exhibe oronda en Miami (es la revisita de la estulta vanidad venezolana de los locos setenta, ta'barato: dáme dos). Pitan a los compatriotas por fobias y resabios politiqueros. Asemejan a pequeños césares cretinos que escarnecen el diamante de juego con los pulgares apuñalando la tierra o, peor aún, denunciando sus pocas bolas y el escuálido seso.

PALABRAS PARA LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "PARA MACHUCAR MI CORAZÓN: UNA ANTOLOGÍA POÉTICA DE BRASIL" DE JOSÉ CARLOS DE NÓBREGA. GUILLERMO CERCEAU.


Palabras para la presentación del libro
Para machucar mi corazón: Una antología poética de Brasil
de José Carlos De Nóbrega.

Guillermo Cerceau.


I La traducción

La traducción literaria tiene múltiples fines y son estos fines los que han contribuido a la proliferación de teorías sobre las traducciones, a modelos normativos, a esquemas de valoración.

Se traduce porque se quiere ampliar al número de lectores de una obra, ya sea que se considere que la misma es importante como para trascender su esfera lingüística, siempre limitada no importa cuan amplia sea; o tal vez se traduce porque se considera que un texto es importante para la humanidad, como sucede con las escrituras sagradas. No olvidemos que las lenguas modernas europeas han sido en parte moldeadas por grandes traducciones: la Biblia de Lutero ayudó a conformar el alemán moderno, como lo hizo la del Rey Jaime con el inglés, o la Vulgata de Jerónimo con la estandarización de un latín que comenzaba a corromperse en lenguas vulgares.

Se traduce por un afán lúdico, como el de aquellos antiguos eruditos que se divertían trasladando un texto de un idioma a otro, o del verso a la prosa. Cuenta Platón, por cierto, que Sócrates pasó sus últimas horas poniendo las fábulas de Esopo en verso.

Se traduce, también, porque hay quienes consideran esta actividad como parte de la literatura. Traducir sería para ellos como crear o recrear un poema o una novela.

Esta incompleta y arbitraria enumeración solo pretende destacar los motivos más conocidos que llevan a alguien a traducir un ensayo, una novela, o como es el caso del libro que presentamos hoy, una selección de poemas. Cada motivo tiene sus propias reglas de valoración. La conocida antítesis entre “transparencia” y “fidelidad” se aplica a todos ellos, pero es obvio que nace de una exigencia literaria, es decir, de quien siente o esta convencido de que traduciendo crea una nueva obra.

Nuestro siglo – me refiero al 20, el 21 es como su suplemento- presenció la saturación del universo simbólico humano, la proliferación sin límite de la Teoría, el agotamiento combinatorio de la capacidad de fabular con ideas. Es poco probable que en el inmenso acervo de las teorías sobre la traducción podamos contribuir con una idea original.


II Brasil

Anota José Carlos, en el prólogo de su libro, las muchas cosas que nos separan de Brasil, ese vecino tan grande y tan cercano y resalta nuestra ignorancia mutua, sobre todo en el terreno de la poesía. Aunque no faltan antologías y traducciones, es verdad que sabemos poco o nada fuera del círculo de los poetas y especialistas. Es posible que esta ignorancia de la poesía del vecino país no sea sino un caso particular de la gran ignorancia que existe sobre nuestra propia poesía – siempre me gusta recordar que conocí al poeta José Joaquín Burgos en una biblioteca de Boston – pero esto nos llevaría a otra discusión, que sin embargo, tarde o temprano debemos dar.


Es cierto, ignoramos casi todo sobre los brasileños y su escritura, tanto como ellos ignoran la nuestra. La cercanía geográfica no es garantía de nada, y las diferencias lingüísticas han demostrado no ser barreras en la época de las traducciones. Tal vez sea ocioso preguntarse por qué es fácil conseguir en nuestras librerías lo último en literatura alemana o norteamericana y casi imposible los clásicos y las novedades de la brasileña. Una explicación parcial (y por lo tanto una media verdad) es que recién ahora estamos mirando hacia el sur. La verdad sociológica e histórica es más compleja.

III Convergencia

Me he detenido en tres temas, para crear un contexto que me permita decir algo con sentido sobre este libro. La Traducción y sus ramificaciones. Brasil y su cercanía que no es tal. La ignorancia de la poesía.


IV

Si traducir es “trasladar” o “llevar de un sitio a otro”, es decir, vincular, elevar puentes, unir los puntos de unas estrellas solitarias para convertirlas en constelaciones, José Carlos hace mucho más que acercarnos a unos textos que para la mayoría permanecerían remotos.

Entre el mundo de las letras en el que se ha formado y al que ha enriquecido, y la experiencia de la vida del pueblo, entre el intelectual y el malandro,

Entre los amigos,

Entre los mundos simbólicos que examina en su amplia y profunda obra ensayística.


V

Antes dije que prefería no acudir a las teorías que saturan nuestro universo mental. Quiero hacer una excepción que tal vez resuma mejor lo que he querido decir. En su célebre ensayo “La tarea del traductor”, el filósofo y místico Walter Benjamín, tributario simultáneamente del Marxismo y de la cábala judía, nos propone una metáfora que, pienso, podemos admitir sin muchas concesiones: que así como una valiosa ánfora quebrada se reduce a miles de fragmentos que han de pegarse, siendo todos desiguales, son todos necesarios e imprescindibles para reconstruir el objeto dañado.

Benjamín propone que de la unidad original del lenguaje, postulada por la Torá y destruida por la ambición humana en la fallida empresa de la Torre de Babel, está hoy dispersa en innumerables fragmentos. Traducir, en esta compleja metáfora sería ir recogiendo los fragmentos del Lenguaje, con mayúsculas, para reconstruir la unidad perdida. Por eso cada traducción es única y sigue sus propias reglas internas, por eso traducir es un imperativo en que colaboramos con Dios o con las fuerzas ocultas de la historia.

José Carlos De Nóbrega tal vez sea un colaborador más en la larga tradición de quienes dedican su vida a unir los fragmentos dispersos de una humanidad escindida. Su calidad humana, su ética de intelectual y la transparencia de su trabajo se dejan ver claramente en este libro que hoy presentamos y que estamos seguros abrirán nuevos horizontes a quienes se paseen por sus páginas, como lo ha hecho con nosotros.


Para acceder a la versión virtual de la antología aquí comentada, tenemos el link:

http://www.letralia.com/transletralia/brasil/index.htm .

Saturday, March 07, 2009

NAIPES, HÉROES Y MITOS. CARLOS YUSTI


Naipes, héroes y mitos


Carlos Yusti

El ensayo en nuestro país siempre tuvo (en el estilo) algo de tiesa cretona y de almidonada enciclopedia. Después se le convirtió en tribuna para realzar los valores humanos y lanzar mensajes sin destinos. Al final cayó en manos de estudiantes de letras y profesores para sus tesinas y trabajos de ascenso respectivamente. Sacar al ensayo (como género) de semejante comedia e equívocos se ha iniciado a través de libros y trabajos ensayísticos escritos por José Carlos De Nóbrega, Pedro Téllez, Gabriel Jiménez Emán, Ennio Jiménez Emán, Carlos Sandoval, Mariana Libertad Suárez, María Antonieta Maggi, Virginia Riquelme y otros nombres que se me escapan (algunos a propósito y otros por problemas de Alzheimer).


El libro de ensayos de Pedro Téllez, Un naipe en el camino de El Dorado, editorial el Perro y la Rana, contiene textos que se convertirán en clásicos del género. Aunque, conversando con Pedro, me comentaba que el libro no le convencía del todo ya que algunos ensayos fueron encargos u obligaciones académicas. A pesar de la circunstancias en las que fueron escritos, algunos ensayos tienen frescura y ese golpe de efecto innovador que Téllez siempre ha tratado de imprimirle a sus escritos ensayísticos.


En lo personal el libro contiene ensayos excepcionales como “Páez y el teatro: un proceso de arielización”, “Cantar de los cantares y los componentes del amor”, “El temperamento de Lope de Aguirre”. Pedro en el ensayo sobre Páez intenta escudriñar las razones que empujan a Páez a iluminarse a través de la cultura. Qué lleva a un hombre tosco, analfabeta, héroe aguerrido y aclamado por la nación con todos los reconocimientos. De pronto este hombre salta la talanquera de la ignorancia y la rusticidad para enfrascarse en un refinamiento que lo induce a cantar, tocar instrumentos musicales e incluso escribir una ópera. El ensayo tiene pasajes como este: “Páez comparte aplausos con la oligarquía ilustrada, con abogados como Peña, guerreros acortesanados y damas de sociedad. El proceso de arielización es público y notorio, y el caudillo legitima su capacidad más allá de su liderazgo militar, a través de un género como el teatro…”


En este libro de Téllez se mezclan héroes, mitos y naipes con una armonía asombrosa. No obstante hay un ensayo, “Aviso a los literatos”, que es una humorada sobre un texto del Dr. Tissot, el mismo autor de “Disertación sobre las enfermedades producidas por la masturbación”.
Pedro Téllez como ensayista sabe administrar la dosis de buena escritura, inteligencia e ironía. Sus ensayos tienen la impronta de la buena lectura, de la sabiduría para nada académica y esto le proporciona a su estilo una inigualable soltura y transparencia que el lector agradece.

Friday, February 27, 2009

ORLANDO ZABALETA NOS INVITA AL BAUTIZO DE SU LIBRO "CRÓNICAS DE UN OPOSITOR EN TIEMPOS DESCOORDINADOS"


En la tradición satírica de nuestros escritores, costumbristas y humoristas, Orlando Zabaleta nos presenta un libro desenfadado, inteligente y gratificante para diseccionar un discurso político al que sin duda se le han quemado los fusibles. El clima político convulso y compulsivo de hoy es recreado por el buril irreverente de nuestro autor, sin ninguna clase de concesiones. Su protagonista revela la angustia postiza y la precaria cosmovisión de la clase media venezolana, el sesgo alienante de los mass media privados y la obtusa y pervertida condición de los partidos políticos de la oposición. El ciudadano de a pie puede sentirse reivindicado por el humor festivo y crítico de esta descocada novela. La cita es impelable: jueves 19 de marzo de 2009, 7:00 pm, en el Ateneo de Valencia. Acude sólo Dios y el Diablo satisfacen en este valle surrealistoide.

Friday, February 20, 2009

CRÓNICAS DEL OLVIDO DE ALBERTO HERNÁNDEZ: POEMAS DE LEDO IVO


CRÓNICAS DEL OLVIDO: POEMAS DE LEDO IVO

ALBERTO HERNÁNDEZ


1


Hay una mirada oculta en las imágenes de este poeta brasileño que acaba de llegar a nuestra casa, y que por alguna razón toca a Dios y lo desvanece, lo hace más invisible y menos lejanía para los lectores.


Poemas (La Liebre Libre), de Lêdo Ivo, es una presencia extraña, un hallazgo de la sombra, de esa cotidiana impresión traduce el pecado: lo no visible también es paisaje.

La confesión, la palabra para biografiar el texto, se imbrica de detalles de una voz que siente y niega:


Mi vida es como una ventana abierta sobre Asia.
Profeso lo imaginario, y en este rito,
al contemplar lo inexistente
que brilla a la luz de mi trópico de agua.

Lo opuesto, lo no reconocible, lo escondido en la luz, en el despojo de las superficies, en la inflexión de lo imaginario, en la práctica de una divinidad recién tocada. Desde este corpus, parecido a un desierto, el poeta abarca su interior y la mirada que lo designa.

2


En la línea de su panteísmo, Lêdo Ivo recorre todos los espacios donde presumiblemente radica Dios. En cada insignificancia, en el rocío, en el canto de un pájaro sobre un semáforo, en una rosa o en la suma del horizonte. Materia cierta de un universo en el que la moldura de quien no vemos se refleja en cada acto, en cada reminiscencia. O en todo olvido. Un ligero soplo bíblico, por ejemplo, en La ofensa de los hombres. O en Encuentro y duración de los muertos: Muertos continúan / vivos, siempre amados. Vivir es protegerlos.


Pero también Dios es el lado oscuro del mundo: la basura, la podredumbre, la pestilencia y la conjunción del bien y el mal, interpretada en la desnudez de los sonidos de los versos, a veces secos, metálicos, con alguna incidencia hermética que nos remite a lo invisible, al misterio. Aunque el ojo nos vea, detrás de su acción está el ave Fénix, lo reencontrado, no como esperanza, sino como perplejidad.


La palabra como objeto de desintegración, como instrumento para descubrir al hombre, su sentido y su no sentido. En una sintaxis primitiva, sencilla, Lêdo Ivo nos entrega una poesía de la otredad, en un sujeto que se oculta, que vuelve en cada frase, pero que sólo es una alusión, un intento, una elucubración.

3


Moroso en su tono, entre el ruido y el silencio. No atiende a musicalidad alguna, excepto cuando define desde la metáfora (escasas) e intenta fundarse en una cadencia ingenua e íntima. ¿Dónde está lo definitivo en este autor que desplaza la tradición poética brasileña y se adentra en el resumen de imágenes casi inmóviles?


Discurso y declaración del contrario: totalidad. Vínculo consagrado a las voces que se resisten a una interpretación desligada del festejo gozoso de la muerte, como apunta Eduardo Cobos.

4
El visitante Lêdo Ivo(segunda lectura)
La carne del poema anuncia el desastre, esa sucia y sombría precognición donde alguien se hace patético silencio. Lêdo Ivo, una de las voces de aquella generación de poetas brasileños venida de la década del 40, se revela sonido cercano gracias a la traducción de Eduardo Cobos.


Con Ferreira Gullar y Joao Cabral de Melo Neto, insiste en las imágenes que fijan la permanencia en los restos, en los trozos materiales de lo que flota en la memoria.


El tiempo se amontona en la piel y vierte su pátina bajo la materia rítmica de lo inaudible. Lêdo Ivo es un poeta sin abalorios, entrega la niebla para que la palabra la convierta en parte de su canto, sin necesidad de ensombrecer la pasión o la mansa entrega de sus signos.

5


Sólo cuando nadie lo contempla el mar es el mar,
senda pura extendida en el agua, entre el acantilado y las embarcaciones.


Poética panteísta, sin límites para lo animado, sólo las cosas testimonian la orfandad de lo invisible. Al mirar, revelamos la ilusión, la escritura de lo callado. Mirar es borrar la anécdota, las mareas que sólo son en soledad, en el menester del mismo alguien asordinado. Detrás de lo que vemos está la verdad del espejismo, ese otro que descombra, oculta y desaparece, para luego mostrarse espuma, movimiento del secreto: en soledad el mar es el mar.


El poeta usa el alejamiento, la distancia para aceptar la fatalidad o el amor. Lo que siente, ve o toca, podría rozar el desvarío:


El paisaje es comentado por la música. O la vida, liberada de los lenguajes eventuales,
se festeja en la memoria
en el espíritu sometido a un infinito ahora
eternamente presente como el océano en las playas.

Muy allá, donde reinan los secretos, palpitan el tiempo y un espacio que no tiene nombre. Sólo entona, dilata el vocablo.

6


Modernista en lo que tiene de símbolos multiplicados, la poesía brasileña significa el nombramiento de lo escrito y de lo dibujado, elaborado en una geografía inasible. Esta muestra que es Lêdo Ivo: el espíritu no deja de flotar y hasta se abandona en algunos símbolos dispersos. El inmenso universo poético de Brasil revisa aún la aventura iniciada en el primer tercio del siglo XX. Por esa razón de filosofar y hasta de reencarnar lo ausente, Ivo es rara avis de la poesía en lengua brasileira.


Entre existir y no estar se debate el imaginario de Lêdo Ivo. Dios niega el cielo del pájaro, lo borra entre las nubes, y como el otro que lo habita mi vida es un sueño y nada más. La palabra se presenta dilatada y se apaga: absurdo como la vida, donde se anida/ la pátina de la muerte, vuela el pájaro.

7


Un ojo desaparece los cuerpos: los atrapa y los mancilla. El cuerpo se hace nada, se pudre y hasta anuncia el día para dejar de decir. Conjura su propia esencia, la martiriza al ensoñar la memoria. Es tan ausente que asombra su presencia. De allí que al desaparecer —por muy sujeto amado, palabra al fin— la voz encarna a quien sólo nombra. Yo pensaba que los muertos no regresaban / y sin embargo aquí estás, radiante y pobre.


Este libro, Poemas, producto de una lectura muy personal (como todas, porque en definitiva uno se lee en todas las páginas), recoge los cortes más profundos de Lêdo Ivo. Su constante, esconder el rostro, asomar lo que no está y lo que se imagina. La muerte es sólo un desahogo, un escape intimista y hasta romántico que nos recuerda al insomne de Cumaná: Yo me escondía detrás de las persianas. Y el día cerraba los ojos como las jóvenes suicidas en sus lechos de canícula. En mis sueños las piedras imperturbables herían los dedos de quien intentase tocarlas. Yo circulaba entre la duna y el mar, en el espacio no alcanzado por el moho de la vida. El yo y la adjetivación: una atmósfera que apenas avisa su ausencia, porque frente a esta lectura sólo queda regresar al lugar donde no estuvimos, a la ilusión donde nadie queda.

Thursday, January 29, 2009

BALAS PERDIDAS. SLAVKO ZUPCIC


BALAS PERDIDAS
SLAVKO ZUPCIC
Cuando a Javier T se le ocurrió lanzar un hombre-bala desde Tijuana a San Diego, ya era un artista plástico conocido. A partir de entonces, más conocido y respetado todavía, llovieron las invitaciones para lanzar siempre al mismo hombre. Desde un ferry marroquí hasta Cádiz. Desde Beni Enzur hasta Melilla. De un lado a otro de la Gran Muralla China. Por encima de la Puerta de Brandemburgo. Y desde Puerto Ayacucho hasta Casuarito, sobre el Orinoco. En esta última ocasión, el hombre-bala se fracturó la pierna derecha durante el aterrizaje y el agente invitó a Javier a suplirlo en los eventos siguientes metiéndose en el cañón. Javier aceptó y, ya convertido en hombre-bala, fue lanzado desde Casuarito a Puerto Ayacucho, desde Melilla a Beni Enzur, desde Cádiz al Mediterráneo y desde San Diego a Tijuana. Entonces, había transcurrido un año del primer lanzamiento y, ya en Tijuana, Javier T encontró al primer hombre-bala. Era artista plástico y, lo supo entonces, suya había sido la idea de este periplo invertido que, partiendo de Casuarito, le tenía de regreso en México, apenas a treinta metros de la frontera con Estados Unidos.


-Yo también lo abandono- fue lo único que dijo cuando el primer hombre-bala, cojeando, vino a felicitarlo.

LAS MUCHACHAS QUE TRABAJAN EN LAS TIENDAS. SLAVKO ZUPCIC


LAS MUCHACHAS QUE TRABAJAN EN LAS TIENDAS

Slavko Zupcic


Las muchachas que trabajan en las tiendas, por lo general, son malhabladas. Se dicen marica y puta a pesar de que no se acuestan entre sí y quizás nunca han entrado en un burdel.


Llevan las uñas largas, quizás postizas, y el cabello pintado, pero sólo tienen el dinero del pasaje. Cuando se montan en el metro, siempre llevan sus loncheras y resulta fácil imaginar que, al mediodía, un rincón de la tienda huele a garbanzos y arroz, a plátano frito y queso rallado, a carne amorosamente deshilachada por las abuelas. Casi todas tienen niños: no importa lo que diga su cintura estrechísima. Son delgadas aunque luego sean gordas, gordas para siempre. Hablan de telenovelas y, cuando no, hablan de sí mismas como si la vida fuera una telenovela. Así ven el futuro, los amores, los hijos. Si roban algo, se trata de un pecado venial. No son tontas. Son capaces de lidiar con el dueño, con la esposa del dueño, con los hijos del dueño e incluso con los clientes. A eso iba, al trato que le dispensan a los clientes cuando éstos van a comprar una corbata, una cajita de pañuelos o una docena de alfileres. Los hacen sentir únicos. Acarician sin tocar. Sonríen sin separar los labios. Seducen sin pensarlo. Apenas caminando.

Friday, January 23, 2009

UN POEMA DE LEDO IVO A PROPÓSITO DE "EL CORAZÓN DE VENEZUELA". Ilustración: "Madre Patria" del colombiano Luis Eduardo Chamorro.


Celebrando la edición de la antología El Corazón de Venezuela/Patria y Poesía, compilación de Luis Alberto Angulo y Luis Ernesto Gómez editada por PDVSA a finales de 2008, les presentamos el poema "Mi Patria" de Ledo Ivo (traducido por el mexicano Jorge Lobillo) como una demostración inequívoca de que escribir a la patria no es un acto chauvinista enmarcado en un soporte dispuesto en versos. La vinculación de la voz poética con la nación excede el sopor terrible y cursi del discurso patriotero, más afín a eventos protocolares desprovistos de sentido en el pernicioso ejercicio del poder.


MI PATRIA

Ledo Ivo


Mi patria no es la lengua portuguesa.

Ninguna lengua es la patria.

Mi patria es la tierra blanda y pegadiza donde nací

Y el viento que sopla en Maceió.

Son los cangrejos que corren en el cieno de los mangles

Y el océano cuyas olas continúan mojando mis pies cuando sueño.

Mi patria son los murciélagos suspendidos en el revestimiento de las iglesias carcomidas,

Los locos que bailan al atardecer en el hospicio junto al mar,

Y el cielo curvado por las constelaciones.

Mi patria son las sirenas de los navíos

Y el faro en lo alto de la colina.

Mi patria es la mano del mendigo en la mañana radiosa.

Son los astilleros podridos

Y los cementerios marinos donde mis ancestros tuberculosos y palúdicos no dejan de toser

/ y temblar en las noches frías,

Y el olor a azúcar en los depósitos portuarios

Y las tencas que se resisten en las redes de los pescadores

Y las ristras de cebollas enroscadas en la tiniebla

Y la lluvia que cae sobre los corrales de peces.

La lengua que utilizo no es y nunca fue mi patria.

Ninguna lengua engañosa es la patria.

Ella sirve apenas para que yo celebre mi grande y pobre patria muda,

Mi patria disentérica y desdentada, sin gramática y sin diccionario,

Mi patria sin lengua ni palabras.


Sunday, January 18, 2009

MARISOL PRADAS DIALOGA CON JULIO RAFAEL SILVA SOBRE EL ENSAYO


Julio Rafael Silva Sánchez, ensayista
"El ensayo es fuente de cuestionamiento"

Marisol Pradas

Foto: Jacinto Oliveros.

A lo largo de la historia han existido muchos ensayistas. Algunos sin el título de serlo. Desde la Grecia clásica, de las letras de Platón y Séneca, pasando por los escritos del siglo XVI de Hernán Cortés, Montaigne y Bacon; Quevedo y Locke, en el siglo XVII; Voltaire, en el XVIII; Nietzsche y Martí, en el XIX y todos los que en el siglo XX contribuyeron a hilvanar ideas con la pasión e investigación que este género requiere, hoy más que nunca, brindando voces desde muy distintas técnicas.


Julio Rafael Silva Sánchez nació en Tinaquillo y desde hace mucho tiempo se ha dedicado a escribir ensayos que le han requerido su absoluta concentración y esfuerzo.


Para él éste género literario "es la exploración amorosa del estupor, un concepto que no está equidistante de asomado por Montaigne en 1580 cuando escribió en Essays: "En el ensayo caben la emoción y los sentimientos, sin perturbar las facultades intelectuales alejadas del dogmatismo".


Su tenacidad no ha sido en vano: ha obtenido reconocimientos como el Premio Nacional de Ensayos Literarios "Enriqueta Arvelo Larriva" de la Unellez (1987) por su libro Julio Cortázar, instrucciones para un perseguidor; mención honorífica del Premio Nacional de Ensayos Ipasme (1989) por su obra Desarrollo de actitudes, conductas y valores en adolescentes a través de la manipulación que la televisión hace de la imagen arquetípica del héroe; Premio Nacional de Ensayos del Conac (2004) por su investigación Eduardo Mariño: el brillo y las sombras de una escritura heteróclita; y Premio Nacional de Crónicas 2008 en la Primera Bienal Nacional de Literatura José Vicente Abreu (Cenal-Red de Escritores) entre otros.

¿Por qué el ensayo en Latinoamérica hoy?


Es muy interesante echar mano a la historia para darnos cuenta que estamos a doscientos años de la gesta independentista de América. En esa época, 1810-1820, fue cuando el ensayo empezó a tener fuerza, por su esencia, de ser cuestionador, problematizador y ser una respuesta a los grandes problemas del hombre. No creo que pueda haber sido posible un ensayo fructífero en la época de la colonia, por la sumisión, por la condición de dependencia.


Pienso que en todo el continente el ensayo hoy tiene una vigencia importantísima y en Venezuela más por razones obvias. Aquí se ha convertido en una fuente de cuestionamiento, investigación, indagación y de apertura hacia otras dimensiones de la creación.


En esta época de crisis aunque muchos niegan que haya esta posibilidad en el país, el ensayo es como un mapa para enderezarnos el camino y señalarnos rumbos.


Hábleme de su último libro publicado: Héroes y villanos, llaneros y llanura en las narraciones de José León Tapia...

Examiné la obra de José León Tapia, escritor barinés que nos abandonó a finales del año 2007. Fue un texto que él insistió mucho que se publicase. Fue escrito casi a cuatro manos con él. Mantuvimos una relación muy hermosa durante muchos años. Lo conocía cuando tenía once años en mi casa de Tinaquillo.


Yo escribo por dos razones fundamentales: por afecto y por celebración. Siempre hago las cosas con pasión, como lo decía Platón.

¿Por qué héroes y villanos?


La obra narrativa completa de José León Tapia, desde Por aquí pasó Zamora hasta su última publicación después de su muerte, Vencido por la Nostalgia, es una radiografía de la Venezuela preterida, de los hombres que han luchado por sus ideales, pero que no han sido nunca tomados en cuenta. Lo que él llamaba los excluidos. De héroes que no fueron tomados como tal.
El llano es el protagonista, la esencia fundamental de la obra de José León Tapia.

Es una coedición de la universidad de los Llanos Ezequiel Zamora con una Comisión que nombró la Alcaldía de Barinas para conmemorar los ochenta años que hubiese cumplido León Tapia si hubiese estado vivo el año pasado.


¿De qué trata Vencido por la nostalgia, que tiene como reminiscencias con buena parte de todo lo escrito por León Tapia?

Escribí el prologo y le hice las correcciones. Es también una aproximación a los vencidos y a su vida, porque él se consideraba un vencido, por circunstancias históricas de Venezuela.

Cuénteme e su experiencia en el seminario con Tzvetan Todorov en París.


Todorov es un pensador muy claro, fue mi profesor y es un trabajador muy acucioso e incansable. Por cierto el año pasado el dieron el Premio Príncipe de Asturias en ciencias sociales. Me encantó verlo pro televisión y recordar su rostro, todavía joven, aunque no tanto como cuando me dio clases. Él es un hombre emblemático en la investigación literaria y científica de las ciencias sociales.


¿Qué me puede decir de su experiencia humana con este pensador?

Es un hombre muy cálido. Un poeta, a escondidas, por supuesto. Nunca dejaba que la gente conociera ni leyera su poesía. Pero en esas clases, un tanto ortodoxas, porque él venia de ese método robinsionano o zamorano, él nos leía poesía.

¿Qué está haciendo en estos momentos?


Estoy esperando la publicación del libro con el que obtuve el Premio Nacional de Crónicas el año pasado, que se llama José Vicente Abreu en cuatro tiempos. Es una aproximación un poco diferente a las otras obras mías porque me centré en la crónica. Entré en esa compilación de datos concretos tanto en su parte literaria como existencial. Escrita también con mucho afecto, en el mismo estilo, con material fotográfico, obtenidas de su álbum familiar, regaladas muchas de ellas, inclusive, por esa especie de príncipe renacentista que es José Agustín Catalá.

Hábleme de su primer ensayo sobre Cortázar...

Un hombre a quien yo admiro muchísimo, a quien conocí personalmente e influyó e influye en forma definitiva sobre mi trabajo literario. Un paradigma dentro de la literatura venezolana y latinoamericana por su legado y por su forma de ser. Fue un ejemplo.


Y de su ensayo sobre un ensayista, Arturo Uslar Pietri...


Del retrato a la máscara en el laberinto literario de Arturo Uslar Pietri es una recopilación muy sentida, muy afectiva al mundo de Uslar. Insisto en esa constante: mi escritura esta siempre motivada por el afecto y la celebración.


Es lo que le trae satisfacción...


Tiene que ver mucho mi obra con el periodismo. Soy un periodista frustrado. Desde los años 60' comenzando mis estudios de bachillerato dirigía un periódico mural en Tinaquillo, hasta que fue clausurado porque hubo unas fotos allí que no le gustaron al director.


Entonces fue censurado...


Allí comenzó mi sufrimiento... Después estuve en los 70' en un comité de redacción de un periódico cultural, literario y filosófico que se llamó El Ladrillo de Luis Azocar Granadillo. Con él mantuve una relación muy afectiva siendo estudiante de la entonces Escuela de Educación de la UC.


Posteriormente en el 2000 estuve dirigiendo un periódico que se llamó Contracultura hasta el año 2005.


En este momento tengo una relación muy estrecha con unas personas que están editando un periódico que espero no siga la costumbre inveterada de sólo sacar el primer numero, que se llama Urtext, que lo dirige mi coterráneo amigo Faver Páez y Gustavo Montiel. Tengo un trabajo allí sobre un poeta olvidado de este país, Alí Lameda.


Sus amigos entonces son gente olvidada y vencida.


Te has dado buena cuenta de ello. Olvidados.


Tengo un pequeño libro sobre Carlos Noguera, primo hermano, nacido también en Tinaquillo.


Tengo un libro, distinto a los otros que se llama Francisco Lo Russo: Un Angel de María Lionza. Fue alumno mío espiritista de Tinaquillo. Lo hice porque es un hombre muy cálido que me permitió hacer un estudio antropológico de este culto tan venezolano.

Tuesday, January 13, 2009

POSTDATA DEL DOLOR REVISITADO


POSTDATA DEL DOLOR REVISITADO


José Carlos De Nóbrega


Caricatura de Eneko las Heras
(publicada en blogs.20minutos.es/eneko/)


En la errancia está el dolor

del dromedario extraviado: un violoncello

colgado como una res

en el patio inundado por las lluvias de junio.


Luis Enrique Belmonte, Dios tenga piedad de los errantes, en la antología 70 poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Irak y Líbano (2006).


Resulta de una obscenidad descarada la reacción tardía del Consejo de Seguridad de la O.N.U. respecto a la invasión israelí de la Franja de Gaza: Se tomó dos semanas de bombardeo inmisericorde la redacción de una equívoca resolución que instaba el cese inmediato del fuego, la desocupación del territorio devastado por el ejército invasor y la facilitación de la labor humanitaria que asista a una población mil veces golpeada. Los catorce votos a favor y la cínica abstención de la representación norteamericana -en el juego hipócrita de construir diques diplomáticos- implicaron un saldo sangriento de 769 muertos del lado palestino, de los cuales 219 eran niños. Además, esta organización internacional se entrega a un ejercicio de complacencia sadomasoquista: Las Fuerzas Armadas de Israel -además de entorpecer el quehacer humanitario- arrojaron sobre sí la inmundicia fétida de la impunidad al bombardear una de sus escuelas y disparar a sus vehículos oficiales. Edward Said nos describe la injusta naturaleza de la nakba o catastrófico éxodo palestino: "Mi familia extendida perdió sus propiedades y sus hogares y, como tantos palestinos de su tiempo, soportaron el dolor, no tanto como un desastre político sino como si se tratase de un desastre natural". El año de 1948, las tropas sionistas no sólo expulsaron 780.000 palestinos de su terruño, peor aún borraron de los mapas y los libros de geografía aldeas enteras: Haneifs, Jibta, Mahalul o Tel Shaman por ejemplo. Hoy, los aviones espías teledirigidos son aves agoreras que violan la soberanía, la privacidad y el tránsito del pueblo palestino: donde ponen el ojo electrónico, escupen los misiles Hell Fire. Los tanques israelitas complementan el impío bombardeo aplastando a la población civil: bajo los escombros de sus hogares, los cadáveres fracturados y chamuscados de padres e hijos se buscan a tientas en una pose mortal y desesperada. El cielo de Gaza es profanado y rasgado por la lluvia inclemente de las bombas de fósforo. Es indignante contrastar estas imágenes con la indolencia de los portavoces políticos, burócratas pervertidos que se burlan de todos nosotros al aducir que este ejército asesino es un modelo de humanismo: Los palestinos han sido notificados por teléfono para que abandonen sus casas, mezquitas, escuelas y hospitales. Guerra avisada no mata soldados pero sí a los civiles que no acatan el terrorista discurso del invasor. A los disociados de siempre les preocupa más la expropiación de un Sambil, ese mamotreto arquitectónico que es un decadente museo del siglo XXI, antes que asumir una actitud de contristamiento y solidaridad para con sus hermanos oprimidos: palestinos, iraquíes, libaneses o venezolanos excluidos por la homilía estúpida y la praxis envilecedora de los satisfechos que hacen cabriolas y reverencias al Poder de las élites (sean políticas, económicas o mediáticas). No podemos consentir que se arrincone a nuestros hermanos palestinos en la Franja de Gaza a la manera de un ghetto oprobioso, reedición macabra del exilio palestino en su propia tierra. Entonces es un imperativo pasar de las palabras huecas a la Poesía del Decir, inequívoca, solidaria y militante; sólo el diálogo descarnado y afectuoso con los oprimidos instrumentará acciones eficaces en el combate cotidiano al discurso del poder que se impone al Otro, nuestro prójimo. No nos importa la ausencia cómplice de aquellos que farfullan -sin conocimiento de causa y empantanados en la medianía de prebendas burocráticas y pecuniarias- frases revolucionarias entrecomilladas al garete; por fortuna, contamos con los camaradas de siempre, convocados en un espíritu comunitario y revolucionario, construyendo sin descanso una atmósfera vivaz, crítica y amorosa que nos involucra en la superación de los límites o mojones que pretende imponer una vil concepción del poder.


En Valencia de la Franja de Gaza, viernes 9 de enero de 2009.


Texto leído ese mismo día en el evento "Un canto por la paz del pueblo palestino", auspiciado por la Alcaldía Bolivariana de Valencia, la Fundación Teatro Municipal de Valencia, la Fundación del Poder Popular para la Cultura y el Consejo de los Trabajadores del Arte.


Sunday, November 30, 2008

2 textos sobre Reynaldo Pérez Só: 2.- Tanmatra, Un Laberinto Revisitado

TANMATRA, UN LABERINTO REVISITADO
José Carlos De Nóbrega

Todas las culturas que se precien de ello, reverencian el rol de la palabra como generadora y recreadora del mundo. En tanto simiente o cáscara; alabanza o blasfemia; conjuro salvífico o maldición impenitente. Podemos extraer analogías de la tradición judeo-cristiana (desconocida sobre todo por aquellos que la escarnecen): La palabra de Dios, “Yo Soy El que Soy”, se le revela a Moisés transmutada en una zarza ardiente que engulle todo el desierto; antes, en el principio de los tiempos, se había ensañado estigmatizando a Caín. Una de nuestras grandes fallas, no es más que contrariar el temor a Dios siendo negligentes con el don dela palabra; la historia ha reconvenido a la humanidad la ociosidad de la boca, pero aún persistimos en tan irresponsable actitud. En un poemario publicado en 1972, Tanmatra del poeta Reynaldo Pérez Só, leíamos tal preocupación: “me ahogo en mí / no por malo ni por pequeño / simplemente me ahogo” en las trampas y emboscadas que la lengua nos tiende al rayar el alba. Más de cinco lustros después, en Solonbra, la misma voz poética invoca: “Tú que eres grande / concédeme valor para cortarme la / lengua / intención descaminada / bájame la cabeza / despreciable”, dramático sondeo en la dispersión y el despropósito que en más de una ocasión balbucea el alma. La angustia compulsiva de Sá Carneiro esboza su extravío: “Perdi-me dentro de mim / Porque eu era labirinto”.

Ambos extremos, ya citados, del devenir poético de la obra de Reynaldo Pérez Só, confirman la consistencia de sus propuestas estilísticas –en tanto antinomia de las estridentes máscaras tras las cuales se esconde la esterilidad poética- y de fondo –vindicación del verbo desnudo que vincule la poesía con la vida, de manera inmediata como lo plantean estos versos de Tanmatra: “una tarde abro / mis manos / y ellas van al fondo / temblando / toco los árboles y las hojas / se agitan / pájaros / yo era el viento”-. Pérez Só aborda el laberinto de adentro sin remedar inútilmente ojos rasgados por navajas, mucho menos encajona las imágenes en medio del silbido de balas al amanecer. La manipulación de recursos tales como el encabalgamiento y la anáfora fragmentan el discurso rescatando el concierto abstruso que nos embarga día a día, y que –paradójicamente- constituye la vía posible de expiación: “he de soñar soñar vigilando cada paso / mientras afuera no existo / y el ser lo tengo de lejos”. Todo esto viene a cuento, para destacar la reedición de Tanmatra (Ediciones del Gobierno de Carabobo, Colección de Poesía “María Clemencia Camarán”, nº 114, Valencia, 1998), texto fundamental en la obra del poeta Reynaldo Pérez Só que nos permite explicar el grato asombro que nos ha causado Solonbra, su más reciente título, que contrapone el castellano al ladino de su infancia (no son poemas escritos en dos idiomas) para evidenciar las posibilidades y los giros maravillosos de la expresión poética. Afortunado hallazgo en un mundo en que los militares hoy simulan ser poetas, y los que se hacen llamar vates versifican en código castrense.

20 de julio de 1999.
Tomado de Derivando a Valencia a la Deriva (2007, Fundación Editorial el perro y la rana), título que se puede conseguir en Librerías del Sur Valencia, primer nivel del Centro Comercial Camoruco, Avenida Bolívar Norte.

2 textos sobre Reynaldo Pérez Só: 1.- La Encrucijada de la Soledad y el Dolor


LA ENCRUCIJADA DE LA SOLEDAD Y EL DOLOR


José Carlos De Nóbrega

Entrevistado por Joaquín Soler Serrano, Borges afirmaba que el poeta trabaja continuamente transmutando sus experiencias cotidianas en símbolos, lo cual se traduce a su vez en una indagación en el lenguaje. Sólo así el poema permanece vigente en el tiempo. El ojo y la voz del poeta se sustentan entonces en la capacidad de asombro ante el mundo y su cotidianidad. De lo contrario, estaríamos ante una actitud mezquina: “Ni aún la claridad del sol les revelaba cosa inteligible. Todo surgía y se borraba ante sus ojos de cierta manera inconexa y falta de propósito”, contundente apreciación de Conrad (1). Es el reflejo de la medianía y del extravío de tantos escritores, que sólo pueden apelar a artificios diversos – la ilusoria grandilocuencia del tema, la ampulosidad del estilo – para evadir infructuosamente su miopía y su tedio: se hace notorio el divorcio entre la vida, la poesía y la ética, no hay reconciliación posible en la persistencia de tramoyas manieristas, de paredes falsas. Se erige un armatoste endeble, osteomielítico.


El poeta Pérez Só manifiesta en Px la continuidad y la coherencia (consecuencia) de su discurso poético, sólo que resalta una vertiente de cariz ético, en la que se superponen la óptica y la confrontación de la voz poética con la crudeza del entorno y su inmediatez; el lenguaje es cada vez más desnudo y descarnado respecto a sus libros anteriores. El tratamiento espacial es harto atrevido, pues el hospital no es mero habitáculo de palabras, sino organismo vivo y enfermo, vértice de la asepsia y la septicidad; sus pasillos desembocan en la insomne pugna entre la vida y la muerte, la redención de la carne y el espíritu no es fuera de lo que el poeta confiesa su aceptación de “lo bueno y lo malo, (...) los crímenes contra el hombre y la misma naturaleza, la bondad sin retribución, la maldad gratuita” (2). No se plantea el distanciamiento, más bien el vínculo comprometido y solidario en el dolor, el sufrimiento y la desolación que hallan cabida en nuestras precarias instalaciones hospitalarias; ello sin fracasar en la manipulación maniqueísta ni en la denuncia del panfleto.


Tampoco – por fortuna – se traslada al verso manual deontológico alguno, como en otro orden lo intentara fallidamente Resnais en el film Mi tío de América con las teorías del biólogo Henri Laborit. Tomemos el primer texto, que nos resulta ser el eje de este brillante y conmovedor poema -en tanto que nos toca-,

el hospital el hospital es nave , metáfora completada al final de la guardia, “hay días en que se mata / el tiempo mirando por la ventana / y se ve / el cielo obscuro de la noche contra el poste / de luz cruzado por la lluvia de / este invierno / un poco más allá pasa la calle / que va al cementerio y los vendedores / de café / se recogen en el porche de una / panadería / porque al lado tengo una cama con / un niño / todavía despierto a estas horas / uno cree que todo el hospital sea un barco / por el ruido o los cambios / de adentro y afuera / cuando cada mañana atraca / al lado de la calle”. Tras la ráfaga y el agobio, la calma chicha augura la recomposición de otra oprobiosa y tediosa jornada, la cual acentuará sobremanera el anonimato de los pacientes, los Px según la nomenclatura propia del oficio; no es stultifera navis, pues de esa masa informe leudará la transubstanciación del pan y el café de la mañana en “un trozo / de bello objeto / un cuadro sin ser aún naturaleza muerta / con desdibujamiento / fuera de la idea de perfección / cuando la soledad pertenece al silencio / de quien no habla”.


Para el poeta sólo incumbe que la poesía interactúe con la vida, en toda la intensidad del presente, pues la memoria no debe prestarse a las regresiones nostálgicas, ni mucho menos a las inmisericordes poses del desprecio o la lástima por el otro. Lo cual involucra a los actores, objetos y sus ámbitos; la recreación del hospital no está exenta de realismo (no unívoco), de un tono sensible, cierto asco e inconformidad. Hay un deliberado, mas no moralizante, juego especular. Se conjugan efectos contritos y festivos a la vez, ello reconociéndose en el Otro: “anónimo sin historia ni familia / me quedo soportando / adónde llegará la espesa y asfixiante / nave de la sala de partos / de mujeres sin nombre ni cara / llenas de sangre / las placentas en un tobo / abandonadas cuando el hijo / resbaloso igual que ellas / cambia el panorama de los uniformes / verdes / y el olor de los antisépticos por la vida”.


La empatía establecida entre el poeta, el médico y el paciente, no precisa genuflexiones afectadas, como tampoco imágenes abstrusas y deslumbrantes; Pérez Só recurre de nuevo a imágenes primarias, duras y viscerales, de donde la aliteración –“aunque un quejido se escape”- y el encabalgamiento –recurso que a lo largo de su obra ha utilizado con maestría y personalidad- los emparenta y confunde en los dolores, el tenesmo, en el miedo: “la mirada indolente del médico/ o de mí / que no me atrevo / a ser hombre seguro / de la vida / o del medicamento / que le ofrezco a un pobre hombre / con su hijo moribundo / mientras el estetoscopio se desliza por / el corazón / real / infantil / y oigo rozar mi mano a una membrana / transparente / donde el llanto pide por favor / la vida / mientras mis piernas parecen sostener / alguna referencia / y es el miedo visitante / deshaciendo sus maletas / golpeando puertas / o un quejido”. No obstante le corresponden estos versos de Rosalía de Castro: “Dóiome de dór ferida, / que antes tiña vida enteira / e hoxe teño media vida”.


La ventana que comparte el poeta con sus lectores no será espacio de recreación morbosa, tampoco instrumento de manipulación del objeto poético; es el espejo que refracta nuestra condición en su más plena crudeza: “he visto / mi calavera / detrás de mi piel”, “porque la ventana es de hospital / la puerta / y la sábana azul con remiendos y / las marcas / de siglas de un hombre hace tiempo muerto”. La presencia de la muerte a nuestra diestra acarrea un canto, vamos del hospital al matadero, “mi camarada / muerte / flaca y aproximada / de lado a pecho / teta contra teta”. A lo que el poeta complementa y opone con la celebración y consagración de la pelvis: “ porque del amor se supone una estancia / enorme / y no del tamaño limitado de la pelvis / por eso / su feroz esfuerzo por amar / aunque sea lunes”.


Cierra el poemario un excelente texto, “Elegía”, que condensa la substancia del conjunto, pues la agonía del padre trae abatimiento pero al punto se aviva en la memoria su figura: “y todavía / se relaciona al agua y los árboles”, evocación y enlace con este texto de “25 Poemas”: “estoy pleno / de sol y corro / entre campos / crece el árbol crece / en mi vista”. Lo cual trae consigo la dicotomía médico/hijo: “y yo no me puedo morir / con sus dolores de vientre / su tenesmo / su mal olor / y la vejiga vacía”, la impresión diagnóstica deviene en tensión y angustia, los pujidos corroen el cuerpo magro, el hálito desfalleciente, como en procura de la purificación, de la redención, “para que la noche no baje por las ventanas / levante las cortinas / y se acueste / infiel en su cuerpo sin vida”. La voz poética asume el papel de víctima propiciatoria, flaca en el punzante dolor, quebrantada la cerviz: “y yo / voy hacia el baño / cierro la puerta / y dejo correr el agua del lavamanos”, ocultando para sí el estrépito tanto de las entrañas como del lamento disuelto en el llanto. Pérez Só en este libro nos recuerda al Vallejo de “Poemas Humanos” (“Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado / y está bien y está mal haber mirado / de abajo para arriba mi organismo”), pues ambos comparten la “Confianza en la ventana, no en la puerta; / en la madre, mas no en los nueve meses; / en el destino, no en el dado de oro, / y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.”
Valencia, septiembre de 1998.


(1) Joseph Conrad: Una Avanzada del Progreso, Laertes S.A. de ediciones, Barcelona, España, 1979, pág. 27.
(2) Reynaldo Pérez Só: No he perdido el asombro, Serie AUTORRETRATOS (XV), en Papel Literario, Diario El Nacional, Caracas, 1-6-97, primera página.


Tomado del libro Derivando a Valencia a la Deriva (2007, Fundación Editorial el perro y la rana), el cual puede conseguirse en Librerías del Sur Valencia, Centro Comercial Camoruco, primer nivel, Avenida Bolívar Norte.

Tuesday, November 18, 2008

VEREDICTO V PREMIO NACIONAL DEL LIBRO 2007, REGIÓN CENTRO OCCIDENTAL




V PREMIO NACIONAL DEL LIBRO 2007
Región Centro Occidental
ACTA DEL VEREDICTO



En la ciudad de San Carlos, capital del Municipio San Carlos del Estado Cojedes, siendo las 2:00 pm del día 13 de noviembre del presente año, nos reunimos los miembros del Jurado del 5to premio Nacional del Libro, región Centro Occidental, integrado por los Licenciados: William García, titular de la C.I. N° 10.324.466, Willian Ramírez, titular de la C.I. N° 10.323.942, Belkyss Mejías titular de la C.I. N° 10.321.833 y Helio Uzcátegui, C.I: 14.405.811, y después de haber revisado las postulaciones resuelve otorgar el premio como se especifica a continuación:


MENCIÓN LIBROS Y PUBLICACIONES
Categoría para los libros


1. LIBRO COMO TERRENO FÉRTIL PARA LA INCLUSIÓN
· Género Poesía Popular: Antología de la Décima Popular en el Estado Cojedes. Autor: Isaías Medina López.


· Género Historia Oral: La honda superficie de los espejos. Autor: Arnaldo Jiménez (Carabobo).

2. LIBRO SOBRE LECTURA
· Derivando a Valencia a la deriva. Autor: José Carlos De Nóbrega.


. El Silencio del Agua. Poesía escrita por niños producto de los talleres de escritura creativa. Autores: Rosibel López, Yisbel Navas, Salvador Uribe, Daniel Navas, Keimer Acosta y Daine Ulancio.


MENCIÓN LECTURA
Categoría para instituciones, servicios, medios y proyectos de promoción del libro y la lectura.


1. MEDIO DE COMUNICACIÓN QUE PROMOCIONA LITERATURA VENEZOLANA
Diario La Opinión con el Encartable “Cuentos de Camino”, un recorrido por la vida, mitos y leyendas del llano venezolano editado con motivo del X aniversario
.

2. PROYECTO DE PROMOCIÓN DE LECTURA EN COMUNIDADES
Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”, núcleo San Carlos, con su proyecto “Vamos a leer un Cuento”.

3. PROYECTO DE PROMOCIÓN DE LITERATURA REGIONAL
Armando González Segovia, Obras Completas del Dr. José Carrillo Moreno.

Categoría para promotores del libro y la lectura como bibliotecarios, libreros, cuentacuentos, animadores de lectura y otros.
1. PROMOTOR DE LECTURA INFANTIL JUVENIL
Aurymar Granadillo, por su encomiable labor en la promoción del libro y la lectura en todo el Estado Cojedes.

2. PROMOTOR DE LECTURA EN ESPACIOS NO CONVENCIONALES
Otorgado a:
Meryhannie Benitez, Harwins Subero, Ana María Pérez y Yudith Rodríguez (Cojedes)
Grupo de Payasos de Hospital “La Piñata” Cojedes. Por su trabajo de promoción en niños, niñas y adolescentes hospitalizados.


3. PROMOTOR DE LECTURA DE LITERATURA REGIONAL VENEZOLANA
Maritza Torres (Cojedes), por la serie de talleres dictados a estudiantes de Educación media, donde se aborda la obra de autores cojedeños.

4. PROMOTOR DE LITERATURA ORAL
Pedro Pablo Linares (Lara), acucioso investigador y difusor del heroico y desconocido tema de la Lucha Armada en Venezuela de los años 60 y 70. En cuya obra aporta un maravilloso caudal informativo y relevante sobre la historia contemporánea de Venezuela.

5. Edición y Produccion Editorial:
Arqueología del Aire. Notas desde una fotografía. Autor: Orlando Baquero (Carabobo). Por su diseño de portada innovador.

Agotadas las postulaciones se procedió a levantar la reunión a las 7:00 pm. Para constancia se firma la presente acta


William García
Belkyss Mejías
Willian Ramírez
Helio Uzcátegui
En la ciudad de San Carlos, 13 de noviembre de 2008