Monday, January 03, 2011

CONVERSACIONES CON TAXISTAS (1). PEDRO TÉLLEZ


LOS TAXISTAS


Para los pasajeros que no sabemos conducir, el taxista es poseedor de un saber o técnica equivalente al del piloto de un avión o un barco, (avioneta y canoa), un saber que se filtra a otros saberes, tienen cosas que decir. Hace poco tomé un taxi, un viejo BMW, con un viejo piloto que fue taxista aéreo y me confesó que salvo el despegue y el aterrizaje que son más difíciles, el resto es mucho más sencillo que conducir un vehículo. Por cierto el señor iba volando. El taxista es un conductor que vende su fuerza de trabajo directamente al cliente o pasajero, o paga una tarifa al propietario del carro si él no lo es. El primero es un trabajador informal, liberal, como un artesano o un médico, que decide sobre su horario, las condiciones del servicio, y escoge y es escogido por el usuario. El segundo es un trabajador también informal, que paga una tarifa a expensas del sobre trabajo, se aproxima a un siervo de la gleba rodante, trabaja más de doce horas diarias, a veces las 24, no escoge a sus clientes y toma las rutas independientemente del riesgo personal. El usuario o pasajero no sabe de cuál taxista se trata, ni le interesa.

LOS TAXIS


Los taxis (así nos referimos tanto al vehículo como a su conductor) han proliferado desde hace más de una década, lo atribuimos a: la gasolina casi gratis, nomadismo, pésimo transporte colectivo, costo de los vehículos particulares, otros informales sin carro, inseguridad para caminar las calles (oscuras, sin aceras), aumento del parque automotor de carros regulados por préstamos blandos, desconfianza en los bancos, poca cultura del ahorro y se protege el dinero poniéndolo a trabajar de taxis, puestos de comida rápida y ventas ambulantes, vida nocturna, fusión en la noche de ciudades vecinas, mejoría en los ingresos de las clases necesitadas, y un trabajo que por sus características de ubicuidad permite la infidelidad, la masificación de los celulares que establecen con el taxi una relación similar a la de la orquídea y la avispa.

CLASIFICACIÓN


Según su vehículo: Propietario o no de este, legal o robado, (con papeles o sin papeles), de color blanco (patas blancas) o de varios colores (pintado o despintado), con placa amarilla o normal (o sin placa), nuevo o viejo (carcacha), con vidrios oscuros o traslúcidos (importante para las mujeres), con Aire o sin él, bueno o malo de tapicería, grande o pequeño, de cuatro o cinco puestos, con maletero o sin él, con periquitos y accesorios u original, con radio de onda corta o sin ella, con radio reproductor o sin música, con biblia para leer o sin fe, con caramelos sin burrúndanga.


Según el conductor: hombre o mujer, fresco o agotado, profesional universitario desempleado o trabajador manual, joven o con apariencia de viejo, educado o maleducado, que conduce alegre, moderado o lento, buena o mala cara, o inexpresivo, de la noche o diurno, que lo espera una familia o que vive prácticamente en el carro, taxista de oficio o matando tigre, honrado o violador según la ocasión y el pasajero, propensión a ser victima o victimario.


Según los vicios: adicto a substancias o abstemio total. Las substancias: nicotina, cafeína, alcohol (picante o cervecita), cocaína, canabis. Otra: estimulantes, sedativos, visionarios.


Según el derrotero: rutas urbanas o extraurbanas, alguna zona(norte o sur), o toda la ciudad.


Según comunicación: Habla o escucha, silenciosos.


Según precio: caros o baratos (no hay precio justo).


Según el modo: fijo u ocasional.


Según el llamado: en la calle (manitos) o telefónico.


Según la suspicacia del cliente: de línea o pirata.


Según ubicación y movimiento: parado o ruleteando.

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