Mathilde fue rescatada del hombre que tan a menudo acuchillaba la vulva de las prostitutas, razón por la que nunca tocaba a su amante en esa parte. Mientras vivió con ella, sólo había estado a salvo cuando lo provocativo de sus senos mantuvo su atención apartada del sexo, de la morbosa atracción hacia la que llamaba "la heridita de la mujer", que tan violentamente se sentía tentado de ensanchar.
Anaïs Nin: Mathilde, cuento del volumen Delta de Venus (1969, 1979), Bruguera.
OIR ES LOGRAR EL CAMBIO
Hermandad de San Desiderio
Cofradía de San Simeón, el estilita
POR UNA CRUZADA DE PROFILAXIA SOCIAL
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