Friday, August 20, 2010

UN POEMA DE JOHNNY FIGUEROA SIN GUITARRA ACÚSTICA ADOSADA

Johnny Figueroa y su Lectura en Ateneo de Valencia / Homenaje a Juan Calzadilla - Parte III y fin: Mi compadre no come cuento, come su propia poesía. Fotografía y comentario de Eduardo Mariño

En Desagravio
Johnny Figueroa



A la terrible Caracas, Hermosa Caracas
la surcan dos grandes ríos
Uno el de siempre
que arrastra en su viscoso y complicado andar
la esencia de lo que acaso no entendemos
Es decir
Corre paralelo a una autopista de infinitas bifurcaciones
desde la ventanilla de un carro
cualquier caraqueño lo ve
y le pregunta
¿a dónde vas tan apurado Guaire?
¿de dónde vienes agua de color abstracto sangre sobrenatural?
también está bordeado por edificios que forman un horizonte confuso
disfraz perfecto
desde una oficina
el hombre funcionario lo ve
y para sus adentros
tal vez en medio de una apurada bocanada
le pregunta
¿qué haces Guaire para mantenerte tan sobrio?
¿para llegar todos los días?
en conclusión
más preguntas que respuestas
ese rio insolente
El otro en cambio donde se hace visible
dice lo poderoso que es
me gusta verlo desde las terrazas de Caricuao
o desde los bloques del 23
avanza con una intermitente fuerza de glacial
y surca la ciudad y ha excavado con mas estilo
que El Colorado
ese Río nos convierte día a día y a su conveniencia
a algunos en pacientes cantos rodados
y a otros en ágiles peces
el milagro cotidiano del cuento de Cortázar
Caracas es pues ciudad de agua
Ciudad de navegantes
Yo, Camaradas, prefiero al segundo
Además El Guaire ya Tiene al Poeta William Osuna
que le cante y le pida la Bendición
Al segundo lo acusan
entre otras infamias de recién llegado
Pero en lo que a mi respecta
Desde Caracas es Caracas
Tiene su Metro

San Carlos Agosto de 2010

Wednesday, August 18, 2010

NOTA COMPULSIVA A "LOS DIFUNTOS" DE VIELSI ARIAS (SC2).

En la fotografía tenemos de izquierda a derecha a Vielsi Arias, José Carlos De Nóbrega y Chemir Colina en plena presentación del poemario Los Difuntos


NOTA COMPULSIVA A LOS DIFUNTOS DE VIELSI ARIAS
José Carlos De Nóbrega


El chirrido
es de verja
y camposanto
(…)
Es chirrido
de ataúd
tocando fondo

Oswaldo González: Abrevadero.


La poeta Vielsi Arias nos movió a simpatizar con su primer poemario, Transeúnte (2005), título afectivo de la Poesía del Decir que nos revela la daltónica precariedad del soporte, del discurso plástico y poético en una aproximación fragmentaria a la lánguida belleza de las cosas. Su segunda incursión poética, consolida la indiscutible calidad de su voz en la apropiación e interiorización del paisaje anclado en la memoria astillada de la infancia:


Yo leía muy rápido,
muy rápido pasó la infancia.
No dio tiempo
De cambiarse de ropa.



En este caso, Los Difuntos nos muestra un discurso poético mucho más depurado en la rotunda ausencia del exhibicionismo barroco, tan de gusto de la mentalidad desprevenida y acomodaticia de ciertos autores respecto a vacuas modas literarias y académicas. Vielsi, por lo tanto, no apuesta por las máscaras o cascarones del estilo afincados en alienante soberbia que nada dice, sino exclusiva y comprometidamente en la hermosa y única transparencia del texto poético, eso sí, en tanto solidaridad y contristación con el Otro (el ciudadano de a pie, nuestros queridos difuntos y, por supuesto, sus afortunados lectores). Al contrario de textos apreciados (entre nos) como Los Poemas de Arismendi de Adhely Rivero, la voz poética no pretende refundar su carísimo ámbito, el caserío de El Castaño, “ubicado en la Cordillera de la Costa, Parroquia Democracia, entre Valencia y Puerto Cabello”; nos parece más bien una revisita a las imágenes infantiles y espectrales que se extravían en los recovecos de la memoria frágil pero amorosa:


Ya no salían a trabajar,
a sembrar el día.
Se mudaron los vecinos.
El río al otro lado se llevó las casas.
El pueblo se hizo viejo
y la sequía nos dejó solos.



Como nos lo dice la misma poeta, se trata de una crónica sentimental y sentida de un pueblo escondido, sólo visto y vivido por los que viajan por las sinuosas y angostas carreteras viejas (los que vamos por las anchas autopistas, ni nos enteramos de su pertenencia al país ausente, valga la cita a Luis Alberto Crespo), y estigmatizado por una asombrosa atmósfera de ruralidad extraviada. La vuelta a la tierra de origen, nos escarnece en el desolador convencimiento de que somos todavía hijos de Pedro Páramo. Siguiendo las palabras más sabias de Juan Calzadilla, quien atina al descubrir su doble intención autobiográfica y tendiente a la suma epitáfica, nos atrevemos a decir que Vielsi es salvaguarda de otras voces que la anteceden: Gerbasi, Ana Enriqueta Terán, los poéticos ecos de Luvina de Juan Rulfo o Parapara de Ortiz de Otero Silva. Esta simpática y linda poeta que es Vielsi Arias, acompaña cotidianamente a sus muertos (especialmente, Antonio Márquez en su denodada soledad de vida y muerte) en la maravillosa visita recreada en el tono conversado de sus versos:


SIEMPRE SOMOS PASADO


Es la misma casa,
la de todos los días.
Donde uno se siente repetido
en aquel vestuario de gaveta vieja.
La duda de ser otro
a quien pertenecemos.
El apellido se borra en segundo lugar.

¿Quién anda allí?
siempre somos pasado;
¿Cuántos son los que nos miran
y por lo que miramos?



La poeta brasileña Cecília Meireles coincide con nuestra Vielsi, sin ser ambas perturbadas por la angustia de las influencias ni los rígidos cánones literarios:


Soy yo que debo ir.
Porque no hay más nadie,
no, no habrá más nadie,
Tan decidido a amar y a obedecer a sus muertos.



Este poemario constituye una celebración a la vida y a la poesía, sus versos son tan deliciosos como las calacas achocolatadas y bochincheras que dibuja aún José Guadalupe Posada.

En Valencia de San Desiderio, viernes 13 de agosto de 2010.

Tuesday, August 17, 2010

CONVERSACIÓN CON EL INCA JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI. José Carlos De Nóbrega


CONVERSACIÓN CON EL INCA JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI
José Carlos De Nóbrega

El espíritu hispano-americano está en elaboración. El continente, la raza, están en formación también. Los aluviones occidentales en los cuales se desarrollan los embriones de la cultura hispano o latino-americana, -en la Argentina, en el Uruguay, se puede hablar de latinidad- no han conseguido consustanciarse ni solidarizarse con el suelo sobre el cual la colonización de América los ha depositado. José Carlos Mariátegui.

Nos regocija presentar el volumen de ensayo Mariátegui, la revolución bolivariana y el socialismo nuestroamericano de Luis Villafaña, pues es una incitación vivaz y sentida a la lectura de uno de los nuestros: el Amauta José Carlos Mariátegui. Harto pertinente hoy en estos tiempos de confrontación ideológica y mediática: Sin abandonar la lectura de los teóricos del marxismo, hay que reivindicar un pensamiento socialista latinoamericano sin calco ni copia, sino en tanto creación heroica propia, tal como siempre nos chicotea el cogote este ensayista peruano. Por fortuna, además del tema político, Mariátegui desdice a Platón al ofrecer incluir a los poetas en su República amerindia y variopinta. Este libro tiene como fortaleza la apelación a un lenguaje accesible a todo tipo de lector, en especial el ciudadano anónimo ajeno a los callejones sin salida que son ciertas Academias (sobre todo las de misóginos Morones y elitescos Pinos de nauseabunda godarria), espantapájaros de la lectura lúdica y crítica de lo que nos circunda, asombra y reseca (bien nos lo espeta el poeta brasileño Manuel Bandeira: No quiero saber más del lirismo que no es liberación). La estructuración de sus cuatro capítulos –referidos a la biografía del Amauta, su dinámica y polémica concepción del marxismo, además de su oportuna incorporación al corpus teórico de la Revolución Bolivariana-, apuntan a facilitar la formación del ciudadano “como tensión entre el habitante y el activista bolivariano”, sí y sólo sí en la práctica cotidiana de la lectura crítica del entorno; lo cual echa de sí a patadas la homilía vertical de los comisarios políticos de turno. Aún tenemos camaradas que creen que Diosdado Cabello escribió el Manifiesto del Partido Comunista (1848) o, peor aún, su hábito mediático audiovisual no les evita confundir el Manifiesto con El Capital de Marx (títulos de los cuales no han leído ni el lomo, ni el occipucio, mucho menos las solapas). Se han publicado muchísimos títulos en el marco de la Revolución Bolivariana, sólo que cojeamos por la pata de la promoción de la lectura como tal. No se trata de pensarnos partiendo de la nada, de un contrasentido que es la aspiración de ser original, a la usanza demiúrgica de un dios que exprime al Otro sin misericordia, en la absoluta ausencia de la interpretación libre y transformadora de la realidad histórica que le toca vivir. Mariátegui, al igual que Trotsky al referirse a los equívocos de un arte proletario puro, nos advierte que -1925- “El pensamiento hispanoamericano no es generalmente sino una rapsodia compuesta por motivos y elementos del pensamiento europeo”. Por lo que ese proceso de construcción del pensamiento propio o latinoamericano, no puede asirse a la endeblez optimista de una retórica que exalte hasta el paroxismo nuestra condición de raza cósmica; todavía nos preocupa la temática enclavada en el mestizaje, la identidad y la asunción de la problemática tensión entre tradición y renovación. Sin embargo, Villafaña no le saca el culo al bravío miura a la manera de los toreros maulas o marruñecos; vincula al Amauta a un mosaico dialógico que involucra tácitamente a César Vallejo, Simón Rodríguez, César Moro o, de más reciente data (sugerimos nosotros), los ensayos de Adolfo Colombres o la polémica dura pero cordial entre Briceño Guerrero y Ludovico Silva a propósito de América como Europa Segunda (a tal respecto lean con extremado placer El laberinto de los tres minotauros del primero, Monte Ávila, 2007; y también Reflexiones sobre la identificación americana con la Europa segunda de Silva, el perro y la rana, 2009, en una estupenda confrontación iluminista). Además de presentarnos la obra política de José Carlos Mariátegui, sin la estridencia psicodélica del yopo ni del peyote, Luis Villafaña profesa su fe en los poderes creadores del pueblo, afín a Aquiles y Aníbal Nazoa, y no a las depravadas y bobas piruetas cómicas de Claudio, accionista ideológico del Banco Federal con la pezuña en el rabo.

En Valencia de San Simeón el estilita, viernes 13 de agosto de 2010.

Monday, August 09, 2010

FIESTA DE LA PALABRA EN EL ATENEO DE VALENCIA, VIERNES 13 DE AGOSTO DE 2010, 6 PM


Estimados Amigos: A nombre del Sistema Nacional de Imprentas Regionales, la Fundación Editorial el perro y la rana, la Red Nacional de Escritores de Venezuela y el Gabinete de Cultura del estado Carabobo, les invito a la presentación de los siguientes libros: Mariátegui, la revolución bolivariana y el socialismo nuestroamericano (ensayo) de Luis Villafaña; Los Difuntos (poesía) de Vielsi Arias e Íntimo (poesía) de Marisela Ron. Esta fiesta de la palabra se realizará en el Ateneo de Valencia el viernes 13 de agosto de 2010 a las 6 de la tarde. Sin más, su amigo José Carlos De Nóbrega.

Saturday, August 07, 2010

MANUEL DA SILVA O EL CROAR DEL DECIR POÉTICO (SC8). José Carlos De Nóbrega


MANUEL DA SILVA O EL CROAR DEL DECIR POÉTICO
José Carlos De Nóbrega


Clame a saparia
Em críticas céticas:
Nâo há mais poesia,
Mas há artes poéticas…

Manuel Bandeira.

El Libro del Sapo es el segundo poemario del poeta cojedeño Manuel Da Silva, si bien en su corpus tan sólo se menciona dos veces al anfibio, el elemento discursivo fundamental es un conmovedor croar del decir poético. Nos había complacido sobremanera su primera entrega poética, Inventario de Silencios (2008), que logra una extraña mixtura de las imágenes surrealistas y minimalistas en un discurso sencillo, contundente y despojado de los artificios barrocos del estilo (revisemos por ejemplo el tríptico titulado A René Magritte, con sus ataúdes y pájaros degollados). Esta poética colección batracia nos retrotrae la lluvia de sapos que embarga a los personajes disociados y desolados del film Magnolia de Paul Thomas Anderson, además de dos grandes poemas de un tocayo suyo, Manuel Bandeira, Os Sapos y Sapo-Cururu: coinciden ambos Manueles en que la poesía admite espontáneamente la lúdica reflexión comprimida en el Ars Poética y la compulsión crítica por el entorno cotidiano. Si Bandeira despedaza el mezquino y vertical discurso del poder (Sapo-cururu / Da barriga inchada. / Vote! Brimca com ele… / Sapo-cururu é senador da República), Da Silva escupe a la cara del imperio religioso por vía de un punzante aforismo que lo emparenta con Cioran (¿A dios le pertenecen / Nuestras iglesias / Bañadas en sangre?). Sin alusiones de hiperbólico regionalismo, encontramos la interiorización del paisaje llanero tal cual la heredamos de Enriqueta Arvelo Larriva, de donde la brisa y la lluvia implican el contrapunteo y la conversa en una lengua extraordinaria:


amo este llano
así como amé
los desiertos
los aguaceros
los cuentos que aún resuenan
en las coplas y las décimas de los ancianos
de antes que los padres de sus padres
huesos choncando, a mis espaldas,
el viento engañándonos
bolas ardientes de la noche
que corren gritando
por los polvorientos caminos
lo que el arpa no se atreve a contar
ni acompañada por el cuatro y las maracas


El carácter universal de la poesía jamás está reñido con la devoción del decir por la tierra y la patria, va a contracorriente de las babosadas cosmopolitas de los infelices académicos yacentes en sepulcros blanqueados. La cotidianidad es apropiada por la voz poética sin pretensiones de alto vuelo estilístico, las imágenes que se forja apuestan a la cruenta mirada infantil que nos sugiere Luis Buñuel en sus películas mexicanas: No nos topamos con los arrebolados cielos de Gabriel Figueroa, sino con los peladeros de chivo andados por los burros, los campesinos, los comisarios y los perros vikingos:

Ellos

Calman su sed bajo la lluvia de mayo
Entre procesiones y velorios
y el silencio que les habita
hasta el mismo dios
teme ...
Esa contemplación sensual del entorno y la cotidianidad no excluye las amorosas referencias a autores que dignifican la lengua de los hombres, tenemos por ejemplo a Jorge Luis Borges domando la exquisita simetría del tigre, para quebrantar el oprobioso tiempo que pretende depreciar la humanidad hasta las astillas. O la mirada asombrosa que tributa Homero a Troya, ámbito poético que nos empalma con Michelena, localidad natal de Pérez Jiménez, en donde se celebró la caída de la dictadura con sus caballos envueltos en fuego, terrorista metáfora galopante del resentimiento adeco. En síntesis, recomendamos la lectura y el goce de este excelente libro, tendidos en la tierra como los silenciosos caracoles de Lêdo Ivo que aterran a los hombres con su perfecta indiferencia.

En Valencia de San Desiderio, sábado 7 de agosto de 2010.

UN POEMA LAPIDARIO DE ARMANDO AMANAÚ


Epitafio político


Armando Amanaú



No es una fosa común
de miles de cadáveres
sin nombre:

“Es un cementerio
sin lápidas”

dijo de La Macarena*
al final de su gestión,
el presidente Uribe
de Colombia …

y quiso entonces,
declarar la guerra
a Venezuela

Agosto 5, 2010


* Hallazgo macabro en Colombia:
cerca de la población La Macarena
se descubrió una fosa con dos mil
cadáveres todavía sin identificar
y depositados allí, según informó
la prensa, desde el año 2005.

Thursday, August 05, 2010

DE LOS ATENEOS, EL SABER Y LAS MISIONES EDUCATIVAS. JULIO BORROMÉ


De los Ateneos, el Saber y las Misiones Educativas

Julio Borromé

Las políticas culturales impulsadas por el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías son las expresiones concretas de lo que concierne a la democratización de los espacios culturales donde el pueblo se reconoce como creador y sujeto histórico. Podemos pensar que los Ateneos fueron y siguen siendo puntos de encuentro de todo el acervo creador de las comunidades y sus artistas. Esos espacios de reciprocidades subjetivas intensifican los afectos y las representaciones artísticas, de modo que las corrientes armoniosas de la energía vital de los pueblos encarnan la identidad de los mismos, en una permanente recreación de sus expresiones. En los pueblos se funde el imaginario de la cultura viviente y orgánica con esos espacios que existen en la medida en que son habitados por todos y todas. Quienes regentan con la visión familiar de un patrimonio hereditario deben comprender que el saber y la participación es un derecho de todos los hombres y las mujeres de este país, y no el privilegio de unos elegidos, entonces, los intelectuales comprenderían que deben alfabetizarse políticamente con la gente, con sus procesos formativos por encima del privilegio que otorga el orgullo del curul y del trazo narcisista de la abstracción. El saber no está concentrado, limitado en los espacios onanísticos de una élite de obstinada retención escolástica; el saber vislumbra otras posibilidades cuando se comparte con los otros, con sus pequeñas verdades, que terminan siendo las verdades de un pueblo. Es una forma de sentir y ver el mundo en la necesidad de crear y volver bellas las cosas en la experiencia de reconocerse en sus manifestaciones culturales. En este sentido, las Misiones Educativas, son espacios para el entendimiento, y también para la inclusión del pueblo, en el marco de la nueva institucionalidad emergente. Esta remozada intención educativa confiere derechos y deberes a los ciudadanos (as) que orientan sus preferencias académicas por un modelo alternativo que hunde sus raíces en lo más profundo de nuestro pensamiento libertario. Hace poco tiempo el Presidente Hugo Chávez asistió al acto de grado de más de dos mil camaradas egresados de la Misión Cultura. Quién duda del saber, de la experiencia compartida de los activadores en un aprendizaje comunitario, porque es desde las comunidades donde los proyectos de aprendizajes dan cuenta de la realidad y de las fortalezas anímicas y materiales. Este saber popular es empíricamente vivido y racionalmente sentido en esa doble vertiente robinsoniana. Dudan de ella solo aquellos que aún no se desligan del solipsismo y de una educación privilegiada, que no comparten el sentido del presente y de los valores socialistas en construcción.


Nota del administrador del blog: Compartimos el entusiasmo y la esperanza del autor del artículo. Si bien este gobierno ha realizado una gran gestión cultural -patente, por ejemplo, en la producción editorial del Estado, el crecimiento del sector cinematográfico y la formación de promotores culturales-, no debemos perder de vista ciertos vicios que arrastra la cultura promovida por el Estado muchos años ha. Es preocupante que una cultura burocrática anclada en el pasado aún obstruya las iniciativas de los creadores y las comunidades, sólo por el mero hecho de sentirse en una situación privilegiada y confortable; las alcabalas culturales, en el estilo que caracterizó la gestión de José Napoleón Oropeza en Carabobo, persisten en ahogar la creatividad y la participación comunitaria en un ejercicio mezquino del poder. También hemos sido testigos de la torpeza, ignorancia y falta de visión de gestiones equívocas como las de Luis Felipe Acosta Carles como gobernador y Gerardo Estrada como su mediocre brazo cultural (recordemos el boicot a la Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra 2006-2008, amén de su aversión a la cultura escrita). ¿Por qué persiste la bajísima sintonía de las universidades autónomas respecto al hombre de a pie, el obrero, la ama de casa? ¿Hasta cuándo los factores de poder de las universidades autónomas implementarán la política de la exclusión, el pragmatismo y la filosofía de virtudes públicas y vicios privados? ¿Nuestras universidades públicas seguirán persistiendo en exiliar el talento humanístico y científico al conferir doctorados honoris causa en serie para sacerdotes reaccionarios, politicastros o comunicadores misóginos? ¿Qué habrá sucedido, por ejemplo, con el Plan Revolucionario de Lectura gerenciado por funcionarios divorciados de nuestra gente y afincado en ficciones y extrapolaciones estadísticas? La promoción de la lectura es todo lo contrario: es el diálogo del país con sus autores en un espíritu comunitario. Las Misiones Educativas ameritan el apoyo de lo mejor de nuestros profesionales universitarios en pos de mejorar su calidad, pues de su pertinencia no dudamos en lo absoluto. Apostamos por el surgimiento de agrupaciones y circuitos culturales alternativos que acompañen a nuestro pueblo en la consolidación de una calidad de vida integral en pleno ascenso. El Arte debe tomar la calle en contraposición a esas sosas, claustrofóbicas y alienantes catedrales del siglo XXI que son los Centros Comerciales. La coyuntura nos llama a conversar, debatir y actuar al respecto.

Wednesday, August 04, 2010

CUATRO POEMAS INÉDITOS DE MANUEL DA SILVA


De Hansel y Gretel


El loco hansel deambula perdido
por las calles de san carlos de austria
respira un poco junto a la plaza bolívar
mientras gretel
intercambia sudores
en aquella casa de ventanas redondas
que guarda su bruja

Ernesto


Buscaron
Tus manos pegadas al fusil
A la espada que antes se paseó por las montañas de Bolivia
Ninguno quiso cavar tu sepultura, eras muy grande
para dejarte allí
tendido
callado
como los cristos
En las iglesias
no eras de madera y oropel
carne y hueso
hasta los que te cazaron
Sintieron miedo de ti
después de muerto
Vivo fue peligroso, muerto fue peor
Simplemente
no pudieron separar
el fusil de tus manos aún cortadas

Muerte


Baja la guadaña un rato
Y tomemos otro café
Mientras guardas
Los huesos de mis ancestros
En tus bolsillos

Aguacero

Dejé de contar las gotas paseándose
Por las ventanas
Los lapiceros quemándose
Sobre
Lápidas de papel
Que diariamente escribo


Manuel Da Silva (San Carlos de Austria, 1978). Vinculado a los movimientos literarios de Cojedes desde los años noventa, fue miembro fundador del Círculo de Escritores del estado Cojedes, participando también en recitales y actividades con la desaparecida agrupación Cimarrón. Ha publicado sus textos en diarios de la región y en las revistas Tiriguá y Quemadura. En el año 2008, publicó su primer poemario: Inventario de Silencios.