Tuesday, March 23, 2010

PALAMEDES Y CANAIMA. RICHARD MONTENEGRO


Palamedes y Canaima

Richard Montenegro

Es muy curioso que uno de los héroes más inteligentes del historial griego prácticamente haya sido desterrado del canon mitológico y que fuera obviado olímpicamente por Homero que prefirió al poco íntegro Odiseo como protagonista de la megaproducción que seguiría a La Ilíada. Palamedes significa “hábil con las manos” y por los pocos datos que tenemos, este muchacho sí que lo era. Tanto así que sin este personaje el muy posterior Faro de Alejandría no hubiese existido. Pero su inventiva no se llegaba hasta aquí, creó la balanza, el disco (no el de vinilo por supuesto) y comparte con el fenicio Cadmo la cocreación de la escritura. Los antiguos helenos le atribuyeron la invención del ajedrez cosa que un indio podría objetar, quizás él sólo lo vio en algún baratillo que visitó en algunos de sus viajes y lo llevó en su alforja al mundo griego.


Palamedes representa el surgir del pensamiento creativo y racional que desembocaría en ese maravilloso siglo de Pericles. Mientras que Odiseo, ese cegador de cíclopes y destructor de ciudades, es el resabio de las fuerzas del pasado, ingeniosas pero bárbaras. Palamedes es el cosmos naciente mientras que Odiseo era el caos reinante, la naturaleza desbocada e informe.


El ajedrez es un juego que se escenifica sobre un tablero cuadriculado donde los contrincantes solo cuentan con su habilidad mental para el triunfo. Tan sólo son 64 escaques pero las combinaciones son prácticamente infinitas. Todo está a la vista y regido por reglas estrictas, lo único que puedes ocultar son tus pensamientos. Todo lo contrario a la forma de actuar de los compañeros de Palamedes y de la persona que con mentiras provocó su muerte: Odiseo. Mucho tiempo después Hipodamo de Mileto trasladó el trazado del trebejo al Pireo en Atenas y así surgió una manera de contraponerse a la informalidad rural y darle un nuevo orden a la vida de los hombres. Y Palamedes comenzó a jugar una partida digna de Lewis Carrol. Así un orden ortogonal se contrapuso a las curvas de la naturaleza. Este orden fue el que halló su máxima expresión en el Imperio romano y que luego desapareció con su caída. Después volvieron a surgir ciudades con calles sinuosas, malolientes y estrechas. Otra victoria del Caos de Odiseo.


Al finalizar la edad media nos enteramos que el mundo no era tan pequeño y el campo de batalla se traslada a lo que llamaran América, allí el caos cambia de nombre y pasa a llamarse Calibán, la fuerza de una naturaleza feraz y capaz de devorar al mas valiente de los europeos. ¿Qué hace el europeo frente a tan portentoso enemigo? Invocar a Palamedes, con el acta fundacional de las ciudades y su trazado de tablero de ajedrez, así se haría frente al enemigo, allá afuera, que no se limitaba a los naturales habitantes de estas tierras sino a toda la naturaleza desbordante que inundaba los ojos y mentes de los conquistadores. Así se imponía el nuevo orden en una tierra donde abundaban caníbales, gente con el rostro en el pecho y otras que podían arroparse con sus orejas. Calibán luchó por imponerse, sólo hay que recordar la desaparición de Nueva Cádiz o las veces que Cumaná fue engullida por el mar.


Una vez impuesto este orden a la naturaleza, también se le impuso a las gentes, en forma de una severa separación social y un estricto marco jurídico, sin embargo el caos puja por aparecer, ahora se llama Canaima y se refleja en los escapes ocultos a la moral imperante, la deficiencia de servicios o en la llegada de sucesos o enfermedades inesperadas. La independencia trajo nuevos aires pero el tablero se mantuvo. Luego vino el desarrollismo petrolero y la sagrada cuadrícula fue profanada, aparecieron los barrios provisionales de trazado medieval y para aquellos que aún vivían en el trebejo, esos eran reductos de Canaima. Ahora vemos a Canaima en la falta de planificación, en los servicios ineficaces, en la inseguridad desbocada, en la falta de espacios públicos, en autoridades ineptas y en el trazado informe de los barrios.


Ahora Palamedes desde su oculta atalaya prepara su próxima jugada sin saber si logrará hacerle jaque mate a Canaima. Los hombres se empeñan en destruir ciudades. Quizás las maneras del destructor de Troya se impongan.

1 comment:

costa rica retirement said...

Muy interesante este escrito todos los dias se aprende algo nuevo saludos¡¡¡