(a José Carlos De Nóbrega)
No soporto la ciudad y ella me rechaza a
mí con la misma fuerza de esta aversión,
caravanas de autos apenas se mueven tal
un animal antediluviano que se replica
a sí mismo, llenando de humo y metálicas
cornetas el espacio.
No soporto la ciudad y ella me rechaza,
no hay un lugar en la ciudad dónde
refugiarse de ella. Escapar de sus límites
sólo extiende aún más la furia de su paso.
Cuando ella calla a lo lejos y sus luces
apaga, se enciende el cielo entonces y
el canto de los grillos y chicharras, el
croar de las ranas y los sapos, hasta
la madrugada de los pájaros del monte,
me muestran lo extraño que me he vuelto.
Soy un ciudadano que vive la vida
a través de las fantasías de otros y de otros.
Prefiero la luz de las pantallas líquidas
donde la ilusión me encierra.
La playa azul que no me quema,
el campo sin mosquitos,
las cumbres imposibles con nieves
que no derrite el efecto invernadero.
No soporto la ciudad pero no puedo ya
vivir sin ella. En mi cuarto el atenuado ruido
del aparato de aire acondicionado, tranquiliza
la angustia como el arrullo de una madre.
Esta asepsia y antisepsia de las imágenes
del apocalipsis, únicamente me roban el alma
y me condenan para siempre a las ruedas
de esos seres que aplastan flores a su paso
cuando piensan que se alejan…
Viernes, 01/10/2010.
Premio Nacional del Libro 2006, capítulo centro occidental, a la mejor página web (otorgado por el CENAL)
Monday, October 04, 2010
NO SOPORTO A LA CIUDAD. LUIS ALBERTO ANGULO
No soporto a la ciudad
Luis Alberto Angulo
Fotografía anónima del sepelio de mi padre, José Do Nascimento Nóbrega
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