IRONÍA
Cuando considero cuánto más celo
que nosotros pone el perro en correr
detrás de su indiferente compañera,
más comprendo que en esto,
mi querido señor, el perro
nos lleva varios puntos de ventaja.
EL HABLA DE LOS PERROS
Habla condensada, la del perro.
Apenas gruñe y ya da por conocidas todas sus intenciones.
No necesita de muchas palabras,
como el poema.
Su gesto inamistoso es la suma de ladridos
que omite decir para proceder, por la vía más rápida,
a mordernos. Después de todo,
el mordisco es la verificación objetiva
de su modo metafórico
de hablar entredientes.
Es muy bonito que alguien ame tanto los perros al punto de hacer un poema de ellos que por cierto esta muy original lo felicito
ReplyDelete