Indocencias
Circo
José Joaquín Burgos
En cada niño hay un circo que con la vida y los años corre, serenamente, hacia la hora en la cual cesan todas las sensaciones, se apagan los pensamientos y el tiempo sigue, con sus aguas, corriendo hacia la eternidad. Es, como bien puede decirse, un equipaje para ese viaje sin retorno que emprendemos, inexorablemente, desde el instante mismo de la concepción. Primero, en los sueños de la madre y el padre. Después, entre los asombros que seguramente produce sentirse vivo, respirar, expandir los pulmones con el llanto y la risa, saborear el placer de la lactancia mientras las aguas amnióticas del océano en el cual se formaron las carnes y los huesos, se diluyen en el más elemental de los olvidos. Todo es parte del gran misterio. De ese gran misterio en el cual nos envuelve la existencia, tan elemental y tan críptica que jamás ser alguno llegará a comprenderla del todo... Tal vez, en el fondo, el circo sea la magia, la única magia verdadera para entender o por lo menos para aceptar la vida como un regalo de ese niño que en el fondo es Dios; ese Dios que en el fondo es un niño embrujado por su propia magia.
Eso, en la placidez de un domingo entregado al placer del reposo, pienso mientras releo, con inagotable fruición, el breve pero inmenso libro "El elefante muere", de Guillermo Cerceau. Una plaquette, en términos tipográficos; pero una inmensa lección de sabiduría para quienes por fortuna llevamos siempre palpitante el corazón de un niño en nuestro propio corazón. El elefante "este ser enigmático, más antiguo que el hombre y los libros", muere sin ceremonias; "muere, porque está más allá de la ubicuidad del Ser, de lo Mismo, de todos los círculos en los que nos encieran y nos encerramos". En el fondo, la muerte del elefante es algo así como nuestra propia muerte. El elefante muere, pero siempre habrá un elefante en la vida y en el corazón de cada niño. Guillermo Cerceau es, sin duda alguna, un mago lleno de sabiduría.
Circo
José Joaquín Burgos
En cada niño hay un circo que con la vida y los años corre, serenamente, hacia la hora en la cual cesan todas las sensaciones, se apagan los pensamientos y el tiempo sigue, con sus aguas, corriendo hacia la eternidad. Es, como bien puede decirse, un equipaje para ese viaje sin retorno que emprendemos, inexorablemente, desde el instante mismo de la concepción. Primero, en los sueños de la madre y el padre. Después, entre los asombros que seguramente produce sentirse vivo, respirar, expandir los pulmones con el llanto y la risa, saborear el placer de la lactancia mientras las aguas amnióticas del océano en el cual se formaron las carnes y los huesos, se diluyen en el más elemental de los olvidos. Todo es parte del gran misterio. De ese gran misterio en el cual nos envuelve la existencia, tan elemental y tan críptica que jamás ser alguno llegará a comprenderla del todo... Tal vez, en el fondo, el circo sea la magia, la única magia verdadera para entender o por lo menos para aceptar la vida como un regalo de ese niño que en el fondo es Dios; ese Dios que en el fondo es un niño embrujado por su propia magia.
Eso, en la placidez de un domingo entregado al placer del reposo, pienso mientras releo, con inagotable fruición, el breve pero inmenso libro "El elefante muere", de Guillermo Cerceau. Una plaquette, en términos tipográficos; pero una inmensa lección de sabiduría para quienes por fortuna llevamos siempre palpitante el corazón de un niño en nuestro propio corazón. El elefante "este ser enigmático, más antiguo que el hombre y los libros", muere sin ceremonias; "muere, porque está más allá de la ubicuidad del Ser, de lo Mismo, de todos los círculos en los que nos encieran y nos encerramos". En el fondo, la muerte del elefante es algo así como nuestra propia muerte. El elefante muere, pero siempre habrá un elefante en la vida y en el corazón de cada niño. Guillermo Cerceau es, sin duda alguna, un mago lleno de sabiduría.
Amigo, veo que finalmente se dio cuenta que es muy aburrido leerme y me ha sacado de sus links..por fortuna para mi, usted me sigue pareciendo interesante con la pluma. Recibe un beso gordo desde Suiza donde ahora vivo, por favor enviale un gran, pero gran abrazo a nuestro comun amigo Cerceau.
ReplyDeleteTranquila, problema técnico que resolveré al punto. Te devuelvo el beso con sumo afecto. Espero que te vaya muy bien por allá. Seguimos en contacto.
ReplyDeletejajaja..Te quiero mucho..y claro que seguimos en contacto
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